[Opinión] Mariana Alegre: Autopistas elevadas y otros monstruos

Mientras el óvalo Monitor continúa en construcción, reafirmando una visión auto-centrista que solo beneficiará a unos pocos y, por poco tiempo, se confirma que nuestro país aún no termina de deshacerse de visiones caducas para el desarrollo de la ciudad, se sigue priorizando al automóvil motorizado por encima de las personas y se ignoran los beneficios de promover ciudades más compactas y equilibradas con espacios públicos de calidad que promuevan la recreación, incrementen el valor del suelo y potencien el comercio local. Más adelante, cuando se encuentre atrapado en el tráfico del óvalo Monitor, acuérdese de esta columna y de los alcaldes que hicieron realidad su construcción.

En el Callao, la oposición vecinal contra la Vía Expresa Santa Rosa va en aumento pues esta obra techará aproximadamente cuatro kilómetros de las avenidas Santa Rosa y Juan Pablo II deteriorando enormemente el entorno urbano y, por ende, la calidad de vida de los chalacos. Hay quienes piensan que, al existir en otros países viaductos elevados y segundos pisos viales, estos son una buena idea. Sin embargo, es justamente por las malas experiencias de estas obras de infraestructura que podemos afirmar que, en la mayoría de casos, este tipo de obras son perjudiciales para todos excepto, claro, para los bolsillos de sus promotores. Cabe señalar que el propio Plan de Desarrollo Metropolitano del Callao (aún pendiente de aprobación) propone en toda esa zona la implementación de corredores urbanos que la potenciarán para beneficio del distrito.

Otra señal de esta concepción urbana equivocada es la contradicción entre la voluntad de promover la movilidad sostenible impulsando el uso de las bicicletas a través de la implementación de más ciclovías y, al mismo tiempo, colocando multas a ciclistas. Si bien las faltas graves deben ser sancionadas, no puede forzarse a los ciclistas a poner en riesgo sus vidas obligándolos a ir por vías vehiculares sin control de velocidad y en ciudades diseñadas aún para promover la fluidez de los automóviles.

Por su parte, la Ciudad del Talento que tanto promueve el teniente alcalde de Lima volvió a ser rechazada en el Concejo Metropolitano pese a los esfuerzos porque se apruebe y a su inclusión inconsulta y descarada dentro de los proyectos estratégicos del Planmet 2040. Nuestras ciudades andan plagadas de monstruos y parece que no habrá muchos cambios en la próxima gestión municipal. Solo nos toca combatirlos. Seguiremos.