En solo dos horas el personal de la Gerencia de Fiscalización de la Municipalidad de Miraflores decomisó 145 de estas unidades. (Foto: captura Facebook)
En solo dos horas el personal de la Gerencia de Fiscalización de la Municipalidad de Miraflores decomisó 145 de estas unidades. (Foto: captura Facebook)

Despertamos y vemos las calles de la ciudad invadidas por unos aparatos que nos prometen llegar más rápido a nuestro destino. Lo que no nos dicen es que son peligrosos pues se meten por todos lados y causan accidentes –dañando especialmente a los peatones– y, además, los dejan en cualquier sitio, ocupando el espacio público y bloqueando todo. Los aparatos a los que me refiero son los autos. Lo más increíble es que, aunque parezca absurdo, casi nadie se queja de ellos porque nos han acostumbrado a que sean lo más importante en nuestras ciudades y eso está mal.

Con la llegada de los scooters eléctricos se presenta una gran oportunidad para hacer eso que queremos pero no nos dejan: reconquistar el espacio público y exigir de una vez y para siempre que nos devuelvan el espacio que está siendo usado exclusivamente por el automóvil. Peatones, ciclistas, usuarios de scooters y segways, skaters, patinadores, runners y usuarios del transporte público son aliados (y no enemigos) para hacer frente al verdadero problema: el autocentrismo.

Sigamos exigiendo veredas más anchas, muchas más ciclovías y espacios públicos, mejor transporte público y tráfico calmado para convertirnos en una ciudad de baja velocidad y de energías limpias. Esto, por supuesto, debe servir para homogenizar la calidad del entorno urbano en todos los distritos para que todos, sin importar donde vivamos, podamos acceder a espacios públicos dignos y, así, acortar las brechas de la desigualdad.

Esto supone asignar menos espacio al auto, pero eso es lo justo, aunque no lo quieran creer.

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