Carlos Tapia: Los muertos de Uchuraccay

A fines de los años 90 acompañé a los deudos de los ocho heroicos periodistas asesinados en Uchuraccay el 26 de enero de 1983, en una romería, recuerdo y homenaje a quienes arriesgaron su vida por conocer la verdad. El recibimiento de los campesinos y sus autoridades fue amigable, pero el lugar se encontraba adornado y se vendían chullos y tejidos diversos, y también se habían instalado pequeños puestos de venta de comida.

Al dirigente, en un aparte, le mostré mi extrañeza por lo que me parecía un ambiente no adecuado para recibir a los deudos y familiares. Sin inmutarse, me contestó: "Ustedes han venido a homenajear a sus muertos, no a los nuestros". Recién en el 2002, en una investigación especial de la CVR, se logró que Emilio Ccente, presidente de la comunidad, nos entregara la lista de los comuneros asesinados por terroristas, ronderos y miembros de las FF.AA., con la exigencia de que se publicara; así se hizo. La lista comprendía 135 nombres de los 470 habitantes que tenía la comunidad, según el censo de 1981.

Para comprender la dimensión de esta tragedia, imaginémonos que en un barrio del Callao con una población semejante, como consecuencia del enfrentamiento en un año entre bandas, la población y la Policía, murieran cerca del 30% de sus habitantes, hombres, mujeres y niños.

Después del asesinato de los periodistas, los senderistas incursionaron en Uchuraccay, aprovecharon las festividades del Espíritu Santo, la Virgen del Carmen y la Navidad. Mataron a cerca de 60 comuneros. Después, las rondas de Carhuahurán también eliminaron a otros a machetazos.

En agosto de 1984, la población entera inició un éxodo hacia otros pueblos. En el camino los confundieron con terroristas y muchas familias fueron asesinadas. La mayoría se refugió en el pueblo de Tambo, pero haciéndose pasar por Iquichanos y negando ser de Uchuraccay.