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Autodestrucción del tribunal fiscal

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Fecha Actualización
El 12 de julio, el Tribunal Fiscal (TF) creó una norma especial para promover la irresponsabilidad de la Sunat y la suya, limitar el derecho de defensa de los contribuyentes y estropear (casi destruir) la obligación del TF por descubrir la verdad de los conflictos ante su fuero.
En su proceso de autoeliminación, el TF eligió no ser independiente, decidió aliarse con la Sunat y lanzó a los contribuyentes un rotundo: ¡que les parta un rayo! Se perdieron las esperanzas: el TF va directo a la degradación de la justicia administrativa, sumándose, sin empacho, a la gesta populista del hurto a la propiedad privada.
Y es que la limitación al derecho de defensa de los contribuyentes, más la proliferación de trámites y regulaciones nos lleva a la corrupción perfecta. Por un lado, el Estado nos cobra dinero por sí y ante sí, con cero de nota en descubrimiento de la verdad y, por otro, el mismo Estado nos enrostra, tácitamente: “La corrupción necesita combustible, así que paga y calla”.
En muchos frentes se está destruyendo el sistema jurídico y económico, transitándose el “camino exprés” para irnos a la porra. Es triste escuchar de un contribuyente formal: “Es agobiante callar con la razón en la mano, sabiendo que cobrarle a Sunat es casi imposible”.
Ir contra los principios de verdad material y defensa del contribuyente lleva al TF al suicidio, por corte de las arterias “identidad” y “esencia”, quebrando, de paso, principios básicos y pétreos de la justicia administrativa. Ir contra ellos implica, sencillamente, autoeliminarse. El Estado democrático de derecho y la forma republicana de gobierno no lo pueden permitir. Los 13 del TF que salvaron su voto, la Confiep y los contribuyentes de a pie, tampoco.
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