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¡Ya pues, Charo!
Columna de Augusto Rey
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Ayer circularon por redes sociales estos datos terroríficos: en lo que va del año, según el Minsa, el Perú ha registrado más de 33 mil partos de menores de edad. En ese periodo, 767 menores de 14 años fueron obligadas a continuar un embarazo. Además, entre enero y setiembre, 20 niñas menores de 10 años tuvieron hijos. ¿Cómo la sociedad puede obligar a estas niñas a llevar embarazos que no pidieron y solamente pueden ser producto de una violación?
Distintas organizaciones hicieron ayer un llamado a Rosario Sasieta para que, en su papel como ministra de la Mujer, asegure el cumplimiento de las normas que explícitamente señalan que el aborto terapéutico en caso de violencia sexual y riesgo de la mujer es un derecho que debe ser garantizado hasta la semana 22 de gestación.
El aborto terapéutico en Perú no es un tema de conciencia. Es legal desde 1924 y su regulación está vigente desde el 2014, pero es común que las niñas violadas y sus padres no reciban esa información ni accedan al kit de emergencia.
Hay infinidad de casos registrados donde esto ha ocurrido porque la niña y la familia cayeron en manos de un doctor que prefirió regirse por su conciencia y obligar a que ese embarazo se lleve hasta el final.
Estos no son temas agradables para nadie, menos para las niñas violadas y sus padres, pero es un asunto central de salud pública. Estamos hablando de niñas que están en primaria o los primeros años de media, así que la tragedia es inseparable de la situación.
El tema es que el protocolo vigente no se cumple siempre y los kits de emergencia muchas veces no están a la mano porque nadie fiscaliza ni se preocupa. El resultado son cientos de niñas obligadas a ser madres.
Es ahí donde Charo Sasieta debe apuntar esa energía por la que es bien conocida, convirtiendo los compromisos que ha asumido en acciones.
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