Tengo amigos negros
—Pátora, tú que sabe equirbí, hame una cadta pa mandársela hata la Punta e la Ila a ese caporá Basadúa, que nueta acá y sia ido pallá depué quiabló mal de mí. Yo te vua decí qué vas a poné en er papé.—Ya, tata, vua traé papé y lápice —dijo la hija. Se metió en los interiores de la casa y poco después regresó.—Ponle ahí, Pátora—dijo don Andrés—, que su boca es una miera, que su diente es ota miera, su palaibra un montón de miera…Miera esa mula que monta. Miera su epuela. Miera su rebenque. Miera el sombreiro con quianda. Miera esa cotumbe e miera diandá mirando trabajo ajeno…Léemela, Pátora, a ve qué fartra.Cuando la hija acabó de leer, don Andrés tenía un gesto de duda como si ya no confiara del todo en sus propias palabras.—Oye, Pátora—dijo finalmente—quítale un poco e miera a ese papé. Antonio Gálvez Ronceros. “Miera” (cuento)
- Letraherido: Galicismo. Dícese de aquellos seres marcados por el estigma de la palabra escrita. Personas que solo pueden respirar si están rodeadas por altas montañas de doctos libros. Gentes iluminadas que viven leyendo y escribiendo todo el tiempo. Apóstoles de la letra, líberos de la idea, adalides de la erudición.