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TikTok: ¿Por qué la aplicación de moda en todo el mundo irrita tanto a Donald Trump?
TIkTok y sus problemas con Estados Unidos
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La idea es bastante simple. Imitar canciones, soltar ruidos divertidos, lanzar gags, moverse al ritmo de algún sonido, jugar con el escenario. Todo mientras la cámara del celular graba al detalle hasta por un minuto. Así es el universo TikTok, una aplicación de videos cortos para celular que mantiene actualmente una comunidad activa de 800 millones de usuarios y que ha provocado que Estados Unidos y China escriban un nuevo capítulo en su inagotable guerra comercial.
Posiblemente si usted sobrepasa los 30 años lo más probable es que conozca poco o nada sobre TikTok. En tiempos de Facebook, Instagram, Twitter, YouTube, Whatsapp y Spotify parecía que ya todo estaba escrito, pero Internet ha sacado nuevamente un conejo debajo del sombrero.
Los habitantes de este nuevo universo son en su mayoría jóvenes pertenecientes a la Generación Z, aunque en los últimos meses otras edades más maduras también se han ido sumando. Creado en 2016 en el corazón de Pekín por la firma tecnológica china Bytedance, TikTok se hizo rápidamente popular. Su principal empuje se dio en 2008 cuando se fusionó con musicaly.ly, una aplicación similar que ya era usada por algunos jóvenes en EE.UU. y Europa. El monto de la operación bordeó los 1,000 millones de dólares. Al finalizar aquel año, TikTok (cuyo nombre original era Douyin, que significa “sacudir la música”) ya estaba presente en 150 países y en 75 idiomas.
Aunque su salto a las grandes ligas se lo debe a la pandemia. Millones de jóvenes encerrados en casa con sus celulares, aburridos y con demasiado tiempo libre, ¿qué mejor que un pasatiempo con video y música? Los influencers, por su parte, vieron una nueva forma de generar ingresos. Una de ellas fue Addison Rae, una joven estadounidense de 19 años que encabeza la lista Forbes de ‘tiktokers’ mejor pagadas en el mundo, logrando generar hasta 5 millones de dólares gracias a sus videos.
TikTok fue la aplicación móvil más descargada en todo el mundo en marzo, ganándole una partida a la todopoderosa WhatsApp. Pero el plato se repetiría en los meses siguientes. En julio, donde llegó a ocupar nuevamente el primer lugar, fue instalada 65 millones de veces. Su valor, en tan solo cuatro años, ha alcanzado los 75 mil millones de dólares.
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SE ACABÓ LA DIVERSIÓN
El último jueves Donald Trump golpeó la mesa. Luego de una serie de comentarios, amenazas y negativas contra TikTok, el presidente anunció que quedará prohibida cualquier transacción entre firmas estadounidenses y Bytedance, la empresa propietaria de la aplicación. El argumento usado ha sido el mismo que ha repetido durante los últimos días: que TikTok es una amenaza para la seguridad nacional ya que “puede espiar a sus ciudadanos” a través de los celulares. La Casa Blanca ha señalado de forma específica que la recopilación de los datos que hace la aplicación puede permitir a China rastrear a los empleados del gobierno, lo que podría devenir en un registro de información personal para un chantaje. El secretario de Estado, Mike Pompeo, ha sido incluso más claro: TikTok coloca “información privada en manos del Partido Comunista Chino”.
La medida se hará efectiva dentro de 45 días. A partir de allí Bytedance quedará sin la posibilidad de hacer cualquier negocio en EE.UU. La orden se complementa con otro ultimátum. En la misma semana Trump dijo que TikTok tiene hasta el 15 de septiembre para venderse o irse del país.
Meses atrás, empresas como Amazon, políticos como Joe Biden y colectivos como Anonymous también pidieron a sus colaboradores eliminar la aplicación. La India la prohibió y Australia también va camino a vetarla. Especialistas tecnológicos, por su parte, han dicho que el peligro de TikTok no es el mayor al que puede tener un usuario al usar Facebook o Instagram.
Desde China han calificado la amenaza como un “desvergonzado acto de hegemonía en plena exhibición” y pidió a Washington que “deje de politizar los asuntos económicos y de oprimir a las empresas”.
Por su parte, Bytedance ha negado todas las acusaciones de espionaje. El año pasado, cuando ya se deslizaba que trabajaban al servicio del gobierno chino, la compañía dijo que la denuncia resultaba descabellada. Aseguraron también que eran completamente independientes tanto en su moderación de contenido, como en las prácticas de seguridad de datos. Empeñados en brindar una mayor confianza, contrataron al estadounidense Kevin Mayer –un exDisney- como director ejecutivo. Prometieron también contratar a 100 mil estadounidenses en los próximos años y que abriría en Irlanda un nuevo centro de datos. Nada de eso ha logrado que Trump dé su brazo a torcer.
La única puerta parece tener solo una llave. Con una oferta reservada, Microsoft ha iniciado desde hace ya varios días conversaciones con ByteDance para evaluar una posible compra de la herramienta. Lo mismo ha hecho Twitter. Ser adquirida por alguno de estos gigantes tecnológicos sería la única vía para seguir funcionando en tierras estadounidenses. Los 175 millones de usuarios de la aplicación en EE.UU. aguardan atentos el desenlace, en tanto, no dejan de seguir divirtiéndose en la aplicación.
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