Sebastian Grundberger: “Tenemos que estar unidos ante amenazas autoritarias de izquierda y derecha”

Tres años más tarde, viajó con su padre a Ecuador y ahí nació su interés por América Latina. Hoy Sebastian Grundberger es director del Programa Partidos Políticos y Democracia en América Latina de la Fundación Konrad Adenauer con sede en Montevideo. Y es autor del libro La galaxia rosa. Cómo el Foro de São Paulo, el Grupo de Puebla y sus aliados internacionales socavan la democracia en América Latina.

Contesta mi llamada telefónica desde Montevideo, Uruguay, donde, precisamente, hace 20 años, llegó al poder Tabaré Vásquez, punto de partida del reciente libro.

Marca lo que un periodista norteamericano llama “la marea rosa”. No marca su inicio, porque es uno de varios gobiernos de izquierda que en un tiempo, en la primera década del milenio, logran hacerse con el poder; entre ellos, hay personas democráticas, como el mismo Tabaré Vásquez o la presidente chilena Michelle Bachelet; pero también regímenes autocráticos, como es el caso de Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y, en el 99, Hugo Chávez en Venezuela. Lo que sostengo en el libro es que hoy estamos frente a un espacio que yo llamo la galaxia rosa, que es un conjunto de organizaciones de estructuras internacionales que unen a actores con legitimación democrática con líderes autocráticos. Esta unión, al final, sirve a fines autocráticos; estos espacios se convierten en una plataforma de apoyo para dictaduras; y que una izquierda dura puede influenciar a una gran parte de la izquierda en el continente.

Lula es un líder que calificaría para adentro como un presidente, más bien, moderado, que actúa dentro de los parámetros de la democracia brasilera. Bueno, sacando todo el tema del caso Odebrecht. Y para afuera, desde el inicio tiene esa cercanía con dictaduras. Recordemos que él funda el Foro de São Paulo junto al dictador Fídel Castro en 1990, que se convirtió un poco en el origen de todas esas alianzas.

Es una pregunta que solo puede responder él mismo. Lo que hago con el libro es señalar los efectos de estas uniones. Y yo espero que por esta investigación personas que tienen un compromiso desde una izquierda social democrática también vean los peligros de esas uniones. Yo solo puedo sospechar que existe un criterio selectivo hacia la democracia donde todo lo que es izquierda se ve positivo, mientras que todo lo que es derecha, lo ven como un peligro. Nunca ven peligros desde la izquierda.

Es una realidad, porque hay un común denominador de este eje en toda su diversidad. Uno se puede preguntar qué tienen que ver personas que se sienten de la izquierda progresista de Latinoamérica con un régimen teocrático como es Irán donde las mujeres básicamente carecen de todos los derechos humanos básicos. Y uno llega a la conclusión de que los une el enemigo común: el imperialismo, que solo lo entienden desde los Estados Unidos. No hay una problematización del rol que juega China, Rusia o Irán. Uno se pregunta cuál es el fin último de estos líderes: ¿es hacer cambios de la vía democrática o es luchar contra algún adversario externo, como Estados Unidos? Yo creo que todos los demócratas de distintas tendencias tenemos que estar unidos frente a amenazas autoritarias que vienen de la izquierda, de la derecha, del extranjero.

Es bien interesante porque Boric, de alguna forma, no comulga con toda la ortodoxia de la galaxia rosa que evita todo tipo de crítica, y Boric públicamente ha criticado la violación de derechos humanos en Venezuela y Nicaragua, aunque no ha criticado mucho a la dictadura cubana.

La presidencia de Milei recién ha empezado. Vamos a ver un poco por dónde va.

Le hacen más fácil construir el relato de una amenaza desde la derecha a la democracia. Y son muy hábiles en atacar porque cuando atacan muchas veces pueden divergir la atención de sus propias carencias democráticas. Pero la derecha populista es un fenómeno relativamente reciente, mientras que la izquierda populista no es un fenómeno reciente… Estamos en un momento de cambio de época, donde no sabemos muy bien cómo va a verse el orden geopolítico del mañana.

Una Rusia exitosa en Ucrania, sería una Rusia con más argumentos para imponer sus condiciones. Es peligroso porque con Putin tenemos una persona expansionista e imperialista. Es muy peligroso ese precedente de que pueden cambiar las fronteras por la vía de las armas. Esa vuelta de la guerra como medio de la política internacional me preocupa muchísimo.

-“Tengo 44 años. Nací en Rottenburg, Alemania. Estudié Ciencia Política y, como carrera secundaria, Historia de América Latina. Me empecé a interesar por América Latina porque cuando tenía 13 años tuve la posibilidad de viajar a Ecuador con mi padre”.

-“Hice un año de intercambio, aprendí español y terminé trabajando en América Latina y Naciones Unidas. De 2017 a 2020 fui representante de la Fundacion Konrad Adenauer en Lima. Soy el director del Programa Partidos Políticos y Democracia en América Latina”.

-“Mis padres no fueron personas metidas en política. Soy militante de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania desde mi juventud. Nunca me sedujo la izquierda, creo que tiene que ver con la experiencia alemana de un estado comunista en suelo alemán, las historias de la Guerra Fría”.