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“No quise huir, caí en bote salvavidas”

Declaraciones del capitán del Costa Concordia lo siguen hundiendo y no convence a la Fiscalía. Crucero se movió y se interrumpió búsqueda de desaparecidos, entre ellos la peruana Ericka Soria.

Fecha Actualización
La búsqueda de desaparecidos en el naufragio del crucero Costa Concordia, ocurrido el último viernes frente a la costa italiana, se interrumpió hoy por razones de seguridad al moverse el barco medio hundido, informo el portavoz de la unidad de rescate Luca Cari.

Buzos y bomberos suspendieron esta madrugada sus operaciones en el barco encallado frente a la isla de Giglio. Los especialistas aún buscan a 28 personas de diversas nacionalidades, entre ellas la tripulante peruana Ericka Soria Molina (25), declaradas como desaparecidas por las autoridades italianas.

En tanto, el capitán del crucero, Francesco Schettino (52), adujo un problema técnico para abandonar el barco antes que los más de 4,200 pasajeros a bordo. Varios medios italianos publicaron más de sus declaraciones ante la jueza Valeria Montesarchio, quien le dictó ayer arresto domiciliario.

"No quería huir, sino estuve ayudando a los pasajeros para bajar un bote salvavidas al agua". Cuando el mecanismo para bajar la embarcación al agua falló y de repente volvió a funcionar "tropecé y caí en el bote y de repente estaba con los pasajeros en el bote. Después no pude regresar al barco, porque ya estaba demasiado inclinado", afirmó.

Los diarios Corriere della Sera y La Repubblica dudan de esta versión de los acontecimientos, sobre todo porque en el bote salvavidas de Schettino solo se encontraban el segundo oficial de abordo, Dimitri Christidis, y la tercera, Silvia Coronica.

El diálogo entre Schettino y Gregorio De Falco, el capitán guardacostas de Livorno que le increpó por su abandono del crucero, ha desatado un gran debate en Italia pues, según los medios y la opinión pública, muestra las dos caras del país.

De Falco es un respetado marinero que ante la avalancha de calificativos de héroe ha preferido guardar discreción. "No soy un héroe. Mi voz era la voz de todos los marineros, la voz del mar, que exige respeto y no tolera errores", comentó.