Redacción PERÚ21

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y , dos íconos de la Iglesia Católica del siglo XX y dos de los más queridos pontífices, con quienes aún hay generaciones que han convivido, se convirtieron hoy oficialmente en santos, en una doble canonización sin precedentes que ha generado la algarabía de la comunidad católica, que ya tiene 80 Papas santos y nueve beatos.

La mayoría de los Pontífices santificados corresponde a los siglos iniciales del cristianismo, y durante los últimos diez 10 de historia, solo se cuentan cinco Papas santos, entre ellos Juan XXIII (1958-1963), y Juan Pablo II (1978-2005).

En la ceremonia estuvo Benedicto XVI. Nunca antes un papa en funciones y otro retirado habían oficiado misa en público, mucho menos en un acto en el que se celebraba a dos de sus más famosos predecesores.

El proceso de canonización de los pontífices tuvo varias particularidades. Mientras que el de Juan Pablo II culminó en tiempo récord, el de Juan XXIII fue peculiar, porque fue el propio Papa Francisco quien, en una decisión inédita en la Iglesia, anunció –en julio del año pasado– que sería proclamado santo. Ello sin esperar el segundo milagro que exige el protocolo del Vaticano.

Con estas canonizaciones ya son tres los papas que han alcanzado la santidad en los últimos cien años: Juan Pablo II, Juan XXIII y Pío X (en 1954).

Fue decisión del Papa Francisco canonizar al mismo tiempo a los dos pontífices, pese a que eran muy diferentes. Angelo Giuseppe Roncalli, Juan XXIII, es destacado por su amabilidad, templanza, humildad y carácter jovial. Aunque durante su papado no se esperaban grandes cambios, Roncalli comenzó una revolución. Entró en la historia por sacar a la Iglesia de su solemnidad y modernizarla, fomentando la unidad de los cristianos y la comunión con otras religiones, lo que ha sido el punto de conexión con el Papa Francisco.

"Era valiente. Un buen cura de provincia, con un gran sentido del humor y una gran santidad", declaró Francisco el año pasado cuando se le preguntó cuáles habían sido los grandes atributos de Juan.

Karol Wojtyla, Juan Pablo II, era un hombre de oración. Demostró su fe profunda y la confianza en la ayuda divina en los eventos críticos de la vida, como por ejemplo después del trágico atentado de 1981. Los viajes del también llamado 'Papa viajero' lo convirtieron en el pontífice más popular de la historia. Además, el polaco es considerado una figura clave que ayudó a poner fin a la Guerra Fría.

Aunque algunos consideran que su canonización es demasiado apresurada y critican que Juan Pablo haya tenido una lenta reacción ante la grave crisis de abuso sexual que surgió en la iglesia hacia fines de su pontificado, sus defensores aseguran que el Papa ignoró las advertencias, creyendo que las acusaciones eran parte de un complot contra la Iglesia.

El padre Tom Rosica, jefe de la red televisiva Salt and Light Catholic en Canadá, escribió en un ensayo que ser declarado santo "no significa que la persona estuvo exenta de imperfección, ceguera, sordera o pecado". Significa "que una persona vivió su vida con Dios", puntualizó.

De hecho, la abrumadora mayoría de los católicos están felices de que Juan Pablo II y Juan XXIII sean convertidos en santos.