No pinta bien. A la toma de protesta -como se llama a la investidura presidencial de toma del poder en México- de Claudia Sheinbaum asistirá nada menos que el dictador cubano Miguel Díaz-Canel, el primero en llegar a tierras aztecas para el importante evento. Vladimir Putin y Nicolás Maduro también fueron invitados, pero gentilmente se han excusado debido a la situación política que los autócratas enfrentan.
Claudia Sheinbaum es la primera presidenta en los 200 años de independencia del país. Llega de la mano de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), su padre político, su mentor y maestro. En las publicaciones de las últimas horas en Instagram, la futura mandataria no ha dudado en expresar su devoción por el cuestionado líder de
Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) con palabras como "gracias, presidente" o "Gracias querido presidente... gracias, gracias, por tanto".
En una ceremonia en la sede del Congreso en Ciudad de México, Sheinbaum hará una promesa de cumplimiento de la ley, tal y como lo dicta la Constitución.
La toma de protesta ante la representación popular, los diputados y los senadores, que serán los encargados de tomar esa declaración a la primera mujer presidenta de México, comenzará a las 9 de la mañana de este martes.
Pero, ¿quién es Claudia Sheinbaum?
Es científica de carrera y alcanzó la victoria con la promesa de continuar con la polémica agenda de reformas de AMLO, las cuales ha defendido con entusiasmo. Nos referimos, por ejemplo, a la deplorable reforma judicial que pone a las autoridade de justicia a los pies del poder político que ahora representa Sheinbaum y Morena.
AMLO abandona el poder con una popularidad incomprensible: las encuestas le atribuyen entre 70% y hasta 80% de aprobación. A pesar de los evidentes fracasos, sobre todo en la lucha contra el crimen organizado y de las graves denuncias que lo envuelven por sus nexos con el narco, los mexicanos parecen haber sido conquistados por el populismo del político de 70 años que ha prometido no interferir en la gestión de su discípula, algo de lo que muchos dudan.
La exalcaldesa de Ciudad de México, se ha mostrado firme en su apoyo a AMLO. Como si estuviera impedida de hacer autocrítica.
Antes de ganar las elecciones, le dijo a El País de España que "López Obrador es insustituible. A mí me va a tocar ser presidenta en un periodo diferente. Mi liderazgo dependerá de mi personalidad y será como el que ejercía en el gobierno de la Ciudad de México, basado en los resultados, la entrega y la honestidad".
A quienes la han criticado, Sheinbaum llama machista. Y cuando no es eso, refiere que es la oposición, la que "inventa cosas" como que va a cerrar iglesias o acabar con la propiedad privada. "Quien va a gobernar soy yo", ha dicho. Así ha tratado de insistir en que no gobernará a la sombra de AMLO, quien anunció su retiro de la política, algo que pocos creen
Tiene dos hijos, una maestría y un doctorado. Su nueva pareja, Jesús María Tarriba, la acompaña en esta aventura política. Él es también físico. Se conocieron en la universidad, pero ambos hicieron sus vidas hasta que tras el divorcio de Claudia volvieron a encontrarse y a enamorarse.
En las elecciones de 2000, el histórico PRI perdió las presidenciales por primera vez en más de 70 años y en Ciudad de México ganó la alcaldía un militante de la izquierda venido de Tabasco. Era AMLO. Fue en ese momento que se conocieron. Él buscaba un perfil técnico para su secretaría de Ambiente, y allí estaba Claudia. Se hicieron inseparables. Estaba cantado que ella sería su sucesora. Sus críticos dicen que lo logró porque jamás le objetó nada. Otros consideran que fue gracias a su perfil profesional y capacidad para mandar.
La trayectoria académica de Sheinbaum es notable, y eso no se puede ocultar. Lo que enciende las alertas es que defienda, por ejemplo, una reforma judicial que parece haber establecido el terreno ideal para que AMLO pase su retiro sin inquietudes. Las investigaciones a su gobierno podrían darse contra la pared gracias a la complacencia de los jueces elegidos por voto popular.