Los esposos Núñez decidieron vivir viajando en un bus con su pequeña hija y mascotas. (Foto: Facebook)
Los esposos Núñez decidieron vivir viajando en un bus con su pequeña hija y mascotas. (Foto: Facebook)

Los Núñez son una pareja de esposos que decidió dejar atrás una vida convencional y viajar con su hija y dos mascotas por toda Argentina en un bus escolar con destino a México. Lo que suena a locura para sus amigos y familiares, para ellos fue una decisión liberadora.

Sebastián Núñez (32) y Silvina (28) se conocieron en Santa Fe, se enamoraron, se casaron al tiempo y de luna de miel se fueron a México, viaje que les cambió la vida luego que se toparan con una comunidad rutera que adoptó vivir viajando como un estilo de vida.

“Se nos abrió la cabeza…quedamos fascinados”, recuerda Sebastián en declaraciones a .

Al terminar la luna de miel, de regreso en Buenos Aires, la vida rutinaria les resultó tediosa, con horarios de trabajo establecidos de lunes a viernes y solo 15 días de vacaciones al año.

“Estaba harto del taller mecánico, y Sil cansada de trabajar en empresas por poco dinero. Entonces empezamos a investigar en blogs y videos cómo sería animarse”, dijo.

Sebastián cuenta que la decisión les llevó casi tres años porque había que dejarlo todo, renunciar al trabajo, lidiar con el prejuicio de amigos y familiares y, además, con los miedos propios de emprender algo tan incierto. Para que todo sucediera como esperaban respondieron la pregunta más importante que se les cruzó: ¿Cómo sostenerse económicamente viajando todo el tiempo?

Los Núñez tardaron un mes en acondicionar este bus escolar como su nuevo hogar. Viajan los esposos con su hija y dos mascotas. (Foto: Facebook)
Los Núñez tardaron un mes en acondicionar este bus escolar como su nuevo hogar. Viajan los esposos con su hija y dos mascotas. (Foto: Facebook)

Dejarlo todo y vivir viajando

Los Núñez se desprendieron de todos sus bienes materiales, alquilaron su casa que les aseguraba un ingreso mensual de 20,000 pesos (casi 200 dólares), dejaron atrás los pagos de luz, gas y evaluaron gastos como el de la tarjeta de crédito o el teléfono.

“Este estilo de vida te hace consumir poco: combustible, comida y una cuenta de teléfono, porque no estamos de vacaciones”, explica Sebastián.

Ambos como mates pintados, collares personalizados y cuadros de la ruta. “Ayúdanos a sumar kilómetros”, dice el anuncio en el exterior de su bus escolar.

Con este gran paso vino otro: la llegada de su hija Lourdes que, pese a que puede dar la impresión que su proyecto se complicaría, para ambos fue en realidad un “gran impulsor” y decidieron hacer “una crianza libre, en contacto directo con la naturaleza”.

Así que, en esas condiciones, compraron una furgón Mercedes MD 180 equipado para vivir y partieron a la aventura, que registran en sus redes sociales con el nombre de .

Este fue el primer vehículo que la familia Núñez utilizó para vivir viajando. (Foto: Facebook)
Este fue el primer vehículo que la familia Núñez utilizó para vivir viajando. (Foto: Facebook)

La pandemia, un retraso momentáneo

A los días de salir de Rosario se declara la pandemia del coronavirus y al poco tiempo en Argentina se declara la cuarentena obligatoria.

Alcanzaron solo llegar hasta Viedma (provincia de Río Negro), pero no pensaron en regresar, al contrario, vivieron durante seis meses los cinco integrantes de la familia (Sebastián, Silvina, Lourdes y las mascotas Alex y Lautaro) en un espacio reducido hasta que en noviembre del 2020 retomaron su itinerario.

“Estacionamos donde nos gusta. No tenemos horarios ni tampoco grandes pretensiones”.

Durante el viaje les propusieron comprarle la camioneta y, si bien dudaron al principio, luego se animaron y con el dinero buscaron algo más amplio y en un mes encontraron el bus escolar que ahora los transporta en su travesía.

Tardaron casi un mes en acondicionarlo, pero ahora tiene las comodidades ideales para un viaje: cocina completa, lavarropas, cuarto con cama para la niña, comedor y una habitación para los esposos.

Aún no saben cuándo llegarán a México, pero confiesan que no tienen apuro, que recorren por mes mil kilómetros y que ya saben que pasarán año nuevo en la Patagonia.

En Mendoza, donde se encuentran por el momento, Sebastián reflexiona sobre su travesía que no tiene cuándo acabar y no se arrepiente porque considera que es el mejor legado que le puede dejar a su hija.

“Hace más de un año que cambiamos de vida, y fue la mejor decisión que tomamos”, finaliza.

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