Como en sus obras, el humorista gráfico Mechaín Doroteo, conocido como , dibuja la felicidad que sintió al ver a Perú clasificar. Y aunque no pasamos a la otra fase, el dibujante de en Perú21 confiesa que lloró al ver a nuestra selección regresar. El caricaturista, ilustrador, historietista, diseñador gráfico y comunicador social especializado en humor político ha vivido este mundial con una alegría indescriptible. ¿Cómo se dibuja la felicidad? Quizás reflejando lo más posible este sentimiento que te rebalsa. No solo era ver a Perú jugando en Rusia. Era recordar también aquellos tiempos de frustración, aquellos días en los que parecíamos entrampados en el olvido, en el solo ver por tele lo bien que lo hacían otros. Hoy algo ha cambiado. Y hay razones para creer y pensar que tenemos un futuro mejor. No le llamen optimismo o exageración. Así se siente. Así lo siente.

Recuerdo México 1970. Yo estaba muy pequeño y con mucha alegría. Tendría 6 años. Miraba el Mundial con mi familia y en esa época los televisores a blanco y negro estaban de moda. En realidad, recuerdo muchos momentos alegres. Mis papás saltando de alegría y celebrando los goles. En 1970 no había esa costumbre de vestirse con las camisetas o algo similar.

Las reuniones familiares en mi casa eran por el partido de fútbol. Eran momentos especiales y más aún vivir el Mundial en tu propia casa. Después de la última clasificación de Perú a un Mundial en 1982 sufrí una tremenda frustración. No estábamos hechos para el éxito o triunfo. Creo que ese era el sentimiento en general.

Era intensa la alegría que era ir al estadio con mi padre. Miraba a Perú jugar con equipos europeos. Pero era otra cosa. Hasta los equipos del Descentralizado eran otra cosa. Era todo un privilegio ver a esos futbolistas. Con solo decirte que el Unión Huaral tenía una estrella que era Pedrito Ruiz.

El Perú, recientemente, estuvo con hambre de triunfo y éxito. Ahora tenemos un equipo con ganas de buscar resultados positivos. Quizá lo que te digo era historia para la juventud de estos días, pero hoy es realidad. Escuchar hablar de Cubillas, Oblitas y Muñante era toda una leyenda. Ahora vemos otro fútbol. Incluso tenemos una selección eliminada, pero todos estamos con ellos.

Siempre queda la sensación de haber podido hacer más. Hemos escalado un peldaño más en el proceso de recuperar todas esas épocas de un fútbol peruano adecuado. Estamos en buen camino. Es un equipo joven.

No tenía muchas esperanzas de clasificar al Mundial. Las eliminatorias en Sudamérica no son fáciles. Igual hay que darle mérito a la selección.
No fui a ver partidos porque eran caros, los revendedores tenían precios impagables. Pero los seguí con felicidad.

El partido más emocionante de todo este proceso fue el último contra Nueva Zelanda. Teníamos contenido el grito del gol peruano después de muchos años.

He vivido tres mundiales y ahora una lágrima salió...

Creo que pudimos remontar la situación. Perdimos dos partidos y luego ganamos a Australia. Debe de ser difícil salir a la cancha después de ser eliminados y ganar a otro equipo.

Gareca debería quedarse para seguir trabajando en la mentalidad del futbolista peruano. El próximo objetivo de Perú en un mundial es ir más allá. La mentalidad, en esta selección, es clave para todos.

DATO

- Mechaín con todo el alma, con todo el corazón, en las páginas de Perú21.