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Gunter Rave: “Uno está donde se siente cómodo, para mí eso es reportear en la calle” [ENTREVISTA]
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Fecha Actualización
El 19 de abril de 2019, cuando un voraz incendio consumió parte del convento Jesús Reparador en Jirón Cusco, todas las personas corrían despavoridas para huir de Mesa Redonda. La tarde de ese viernes santo vi a Gunter Rave corriendo en sentido contrario a ese mar de gente. Su objetivo: entrar a la zona siniestrada que había sido cercada por la Policía. Recuerdo esto porque me escondí detrás de su camarógrafo para pasar por aquella reja. Un año después, vuelvo a molestarlo, esta vez con una llamada. Gunter sabe de incendios, huaicos, terremotos y hasta de asesinos en serie y terroristas, pero reconoce que hoy le toca aprender de un enemigo aún más peligroso: la pandemia del COVID-19.
Solo por curiosidad, si entras al canal antes de las 6:00 a.m., ¿a qué hora disfrutas del desayuno?
Me despierto casi una hora antes, no puedo desayunar tan temprano porque me enfermo (ríe). Lo que hago es tomar desayuno después de ir al canal, entre comisiones. Debido a la pandemia estamos entrando a trabajar a las 5:00 a.m. Ya a esa hora tengo programado los microondas que voy a hacer durante el día. Con el equipo coordinamos los puntos a donde voy a ir y dependiendo de cómo esté el día nos van moviendo.
¿Qué medidas se han adoptado en el canal para proteger a los reporteros del coronavirus?
Hay todo un ritual de bioseguridad. Apenas llegamos al canal nos desinfectan con una solución de lejía y alcohol, las pertenencias, las zapatillas, todo ingresa limpio. Cuando salimos a la calle usamos todos los mecanismos de protección como guantes, mascarillas, lentes, incluso el micrófono tiene un forro para evitar la contaminación cruzada entre reporteros.
CUIDAR A MAMÁ
¿Al llegar a casa cumples el mismo ritual?
Llego a mi casa alrededor de las 2:00 p.m., luego de haber estado como seis horas haciendo recorridos, buscando historias. Mi rutina de desinfección me toma cerca de 40 minutos. Cuando llego me dirijo a la cochera donde tengo varias cajas, en una dejo toda la ropa que usé en el día, en otra coloco mis zapatos y en una tercera caja tengo ropa limpia que voy cambiando a diario. Me cambio en la cochera, subo a mi casa, me meto al baño y me doy una ducha como si nunca me hubiera bañado en mi vida (risas). Luego me cambio para saludar a mi madre.
Entiendo que ella, al ser una adulto mayor, es población vulnerable frente al virus ¿Cómo la cuidas el tiempo que no estás en casa?
Cuando me toca trabajar mi mamá se queda con una señora que la cuida. Ella se va cuando yo llego a casa, de lunes a viernes porque el fin de semana descanso. Vivimos los dos solos, entonces tengo que tener mucho cuidado cada vez que salgo de comisión, me encomiendo al viejo para poder llegar a salvo a casa.
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¿Cómo han cambiado las cosas en tu trabajo a raíz de la pandemia?
En las comisiones ha habido un cambio y es que ahora hay menos congestión vehicular en las pistas y podemos movernos más rápido. Dentro del canal las cosas también han cambiado, ya nadie entra a la sala de redacción, toda la información que recogemos la enviamos por WhatsApp, las imágenes las pasamos por la mochila del microondas. La verdad se han organizado muy bien para mantenernos separados los unos de los otros dentro del trabajo.
Sabiendo que reportear durante esta pandemia significa un riesgo alto, ¿dudaste al asumir el reto de trabajar en la calle?
Es cierto que hay un riesgo mayor, todos en el canal hemos asumido ese reto con buena onda. Estamos trabajando de forma interdiaria, cosa que no se hacía antes. Es difícil pero a la vez gratificante porque vemos que hay equipos que están entrando a ayudar, tenemos amigos que hacían deportes y ahora están en la calle, personal de Cuarto Poder también apoya. En realidad todos estamos rotando y descansando lo que se debe. El trabajo es así.
EL DOLOR DE CONTAR
En cada comisión siempre hay algún suceso que te marca, ¿qué es lo más duro que te ha tocado cubrir durante estos últimos meses?
Las comisiones que empezamos a hacer al principio fueron muy duras. Escuchar los testimonios de las personas que no recibían el bono, saber que millones de personas trataban de sobrevivir sin plata y ver que la ayuda no llegaba, ni siquiera las canastas de víveres. Lo que me ha golpeado más es tener que contar la realidad de esa gente que no tiene qué comer. En los últimos días hemos acompañado a personas que están regresando a sus regiones a pie, durmiendo en las calles porque nadie les puede poner un bus. Eso también es muy duro.
Precisamente mientras acompañabas a pobladores de Cusco en la carretera Panamericana Sur es que surgió la pregunta de una presentadora de TV sobre la labor que vienes realizando.
Sí, sí, y yo agradezco las muestras de apoyo que he recibido, pero también lamento mucho que muchas personas la hayan atacado porque su pregunta en ningún momento tuvo una mala intención. Fue difícil responder en vivo porque obviamente esta situación nos afecta a todos, estamos expuestos y sabemos los riesgos.
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LA PASIÓN POR REPORTEAR
¿Por qué reportear desde calle y no informar desde estudio?
Es una opción sabes, al final uno termina haciendo lo que más le gusta. He conducido noticieros antes, en Panamericana TV estuve varios años como conductor de Buenos días Perú. Acá en América TV de vez en cuando estoy en los noticieros de Canal N, pero finalmente uno está donde se siente cómodo, para mí eso es reportear en la calle.
¿Dirías que siempre te gustó estar en el lugar de los hechos o fue algo que se dio con el tiempo?
Cuando terminé de estudiar comunicación audiovisual se dio la oportunidad de entrar al canal 2, que en ese entonces era Frecuencia Latina. Te estoy hablando del año 1995, tenía como 20 años y entré a trabajar en el programa Contrapunto en una sección llamada Imágenes de Perú en la que me mandaban a todos los pueblitos a cubrir las fiestas.
¿En ese momento descubriste tu verdadera vocación dentro del periodismo?
Fue mi primer acercamiento y aprendí mucho de periodistas como Lucho Iberico, Julián Cortez que por esos años era el director. Ellos te señalaban los trucos de televisión. Conocí a Mávila Huertas, Teresa Braschi. Luego estuve en Global TV, después me mantuve varios años en Panamericana y finalmente llegué a América. Pude ver de todo un poco, digamos que reportear fue lo que más me gustó.
“TODOS LOS DÍAS SE APRENDE”
Mencionabas que aprendiste mucho de otros periodistas, ahora que tienes años de experiencia, y luego de haber presenciado tantos sucesos históricos en el país, ¿qué mensaje le darías a la nueva generación de periodistas que recién está empezando a salir?
A todos les diría que aprovechen los más que puedan de esta experiencia única en la historia de la humanidad. Es un hecho único que probablemente nos se va repetir en mucho tiempo, así que aprovechen al máximo para que ganen experiencia. En el periodismo todos los días se aprende, yo también sigo aprendiendo, de chicos y mayores, eso es aprender. Sobre todo no olviden escuchar a la gente, más allá de preguntar y cuestionar, es importante escuchar a las personas para poder transmitir sus problemas y darles una solución.
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