Calles se vuelven ríos en la gran Lima

Quizá las situaciones más graves y complejas se vivieron en dos puntos distintos de la capital. Uno fue Punta Hermosa, donde se activó la quebrada Santa Rosa, la misma que en marzo de 2017 soportó un enorme huaico, del que emergió Evangelina Chamorro, símbolo de lucha contra el fenómeno El Niño Costero.

En esta oportunidad, el alud de lodo y piedra se desbordó, inundó las calles de ese balneario y rompió el débil cerco que protegía un complejo deportivo. Siguió su curso y llegó al mar. Varias casas resultaron afectadas.

Otro fue Chaclacayo. La activación de la quebrada Los Laureles produjo una inundación en el kilómetro 25 de la carretera Central. La falta de un adecuado drenaje hizo que el agua se empozara y que se dificultara el tránsito vehicular y peatonal.

Otros huaicos se produjeron en Chosica, donde se activaron seis quebradas. Mientras que en Ancón, la quebrada La Inocente se vio invadida por un alud de lodo, que avanzó por el kilómetro 51 de la carretera Panamericana Norte y llegó hasta las casetas de peaje de Norvial. Las autoridades procedieron a cerrar un tramo de dicha vía, para evitar accidentes.

Las seis horas de lluvias inundaron, también, unas 150 casas de Huaycán, en  Ate, y dejaron casi inhabitables 15 viviendas de La Perla, en el Callao. Asimismo, generaron grandes aniegos en arterias tan importantes como la avenida Brasil, entre Jesús María y Magdalena; en la avenida La Paz, en San Miguel; en la calle Napo, en Independencia; y en la Costa Verde, en Chorrillos.

Para el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), hoy la situación se podría complicar más. “Desde la noche del 14 hasta la madrugada del 15, se registrarán lluvias de intensidad fuerte a extrema en gran parte de la región, principalmente en la cuenca media y baja”, advirtió. Por esta razón, ha señalado que Lima Metropolitana ingresa a “alerta roja”.

Ante esta situación, la presidenta de la República, Dina Boluarte, anunció la tarde de ayer una serie de medidas ante un posible incremento de precipitaciones.

Las más importantes son la suspensión de clases, por 24 horas, en colegios y universidades públicos y particulares de la capital; trabajo remoto en las entidades del Estado, según la necesidad del titular de cada pliego, y el pedido al sector privado a que haga lo mismo, y la restricción del acceso al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez –solo entrarán pasajeros–.

Además, la mandataria garantizó el abastecimiento de agua. Sobre este tema, la ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuéllar, afirmó que se está monitoreando el río Rímac y que se están activando los pozos de reserva así como los más de 450 puntos de distribución.