Alfredo Torres: “Alrededor de 5 millones de personas al año son víctimas de robo de celular”

Ambas propuestas tienen cerca del 90% de aprobación; la tercera es sobre un sistema de jueces y fiscales especializados y las tres son de Perú21. Entiendo que se trata de volvernos a poner en la situación que teníamos frente a Sendero Luminoso, el problema es de una gravedad similar y se requieren medidas similares. La creación de un grupo especial de Inteligencia como el que capturó a Abimael Guzmán sería muy útil en estos momentos para enfrentar a los cabecillas del crimen organizado, lo mismo la creación de un equipo de jueces ad hoc para que los condene sin temor a represalias que es el motivo por el cual algunos terroristas eran liberados en los años 80 y algunos delincuentes hoy día no están en prisión…

Veintidós por ciento para la población nacional adulta son cinco millones de personas, una cifra más alta que las oficiales que registra Osiptel porque las personas que han denunciado el robo son generalmente las que tienen una línea telefónica abierta, que quieren defender su número, pero la gente que tiene prepago muchas veces no denuncia. Entonces, hay una subestimación de las cifras oficiales que anda más o menos cerca de los dos millones al año. Nuestro estimado a partir de la encuesta es que alrededor de 5 millones de personas al año son víctimas del robo de un celular en el país. (…) A los que más roban son los jóvenes que superan el 30%, casi el doble que las personas de más de 43 años que son un 18%.

Sí, este 21% es de los 5 millones a los que le han robado el teléfono, entonces, estamos hablando de un millón de personas que anualmente es víctima de robo de dinero a partir de los aplicativos de sus cuentas registradas en el celular.

Sí, son claramente las dos razones mayores de desaprobación. El tema económico se entiende porque estamos ya oficialmente en recesión y hemos sufrido además una inflación que felizmente está ya empezando a descender. (…) La segunda razón es la delincuencia porque ahí lo que resulta más frustrante es que se habla mucho y se hace poco, se inventa un plan Boluarte que al final ha quedado en nada, se declara el estado de emergencia en dos o tres lugares como que fuera eso la panacea cuando sabemos que, en el mejor los casos, lo único que hace es botar a los delincuentes de un distrito al otro, pero en la práctica es meramente simbólico porque los delincuentes siguen haciendo de las suyas.