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Después de veinte años siguen las discrepancias

Autogolpe afectó la institucionalidad; el Gobierno intervino entidades y medios de comunicación.

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NUNCA MÁS. Los tanques rodearon el Congreso de la República tras el mensaje de Fujimori. Los medios fueron intervenidos. (USI)
Fecha Actualización
"Disolver, disolver temporalmente el Congreso de la República…". Con estas palabras, la noche del domingo 5 de abril de 1992, hace 20 años, el presidente Alberto Fujimori cambió el curso de la democracia y de la historia en el país.

Para los críticos de aquella medida, tal cambio representó la construcción de un andamiaje de corrupción y el debilitamiento institucional en el Perú. Para los defensores, fue una decisión necesaria para sentar las bases del desarrollo económico y social. El fujimorismo alega que el ambiente político que precedió al autogolpe hizo impostergable esa decisión. Eran los tiempos de desencuentros entre el Ejecutivo y el Parlamento. Incluso rondaba la amenaza de la destitución de Fujimori por incapacidad moral. En la otra orilla, el grupo terrorista Sendero Luminoso incrementaba sus atentados en la capital.

"El Congreso tenía una actitud de revancha, una actitud antiperuana; antes de que me destituyeran y antes de que el terrorismo tomara el control del poder y destruyera la democracia, yo di el paso", recordaría Fujimori años después.

Ya en noviembre de 1991, durante un discurso en la Confiep, Fujimori había deslizado la necesidad de tener un gobierno fuerte por un periodo de 10 años, lo que exacerbó a la oposición.

La drástica medida del 5 de abril –que fue organizada por él, la cúpula militar y su entonces asesor, Vladimiro Montesinos– tomó por sorpresa a la clase política.

De manera sincronizada, con la difusión del mensaje, tropas del Ejército, de la Marina y de la Fuerza Aérea se apostaron en las principales entidades públicas intervenidas, en los locales de los partidos de oposición y en diversos medios de comunicación. Los entonces presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, Felipe Osterling y Roberto Ramírez del Villar, respectivamente, fueron detenidos. Un capítulo aparte vivió el expresidente Alan García, quien tuvo que huir por el techo de su vivienda para evitar ser detenido.

Increíblemente, el autogolpe tuvo un amplio respaldo en la opinión pública, con casi el 80% de aprobación. Fujimori se ufanaba de ello.

BALANCEA la luz de la historia, podría decirse que lo positivo fue la elaboración de una nueva carta política que, en lo económico, marcó la ruta del crecimiento. Lo negativo fue la organización de un poder paralelo siniestro que tenía por objetivo quedarse en el poder durante largos años.

SABÍA QUE

- Fujimori intervino el Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, la Contraloría General y el Tribunal de Garantías Constitucionales.

- En el año 2007, la Sala Penal Especial de la Corte Suprema sentenció al gabinete ministerial que avaló el autogolpe.