‘Watch Dogs: Legion’: Resistencia contra la élite [ANÁLISIS]

Algo que es notorio de los videojuegos de mundo abierto es la constante de usar al mismo personaje por horas y horas. Una variante la presenta ‘GTA V', pero ahora, con ‘Watch Dogs: Legion’, esto es reproducible en cantidades proporcionales a la población de una ciudad como Londres, aunque en un régimen privatizado de excepción constante, o lo que es igual a una pesadilla ‘orwelliana’ que mezcla lo mejor de la ‘Rebelión en la granja', ’1984' y las ‘revelaciones’ de 'Edward Snowden’.

Después de haber pasado por Chicago y San Francisco, el colectivo ‘hacktivista' ‘DedSec’, se encuentra ahora en Londres donde la corporación ‘Blume’ ha instaurado el caos en la ciudad; a la par de que otra organización similar, llamada ‘ZeroDay’, hace lo propio aunque con una agenda diferente: inculpar a ‘DedSec’ haciendo explotar puntos de la ciudad al estilo de una ‘falsa bandera’. Por razones de seguridad, ‘Bagley’, la inteligencia artificial al servicio de ‘DedSec’, ha sido borrada y toda la organización desarticulada. Mientras tanto la ciudad queda al resguardo de una corporación de seguridad privada llamada ‘Albion’ y que ejerce su poder violentamente.

Es ahí cuando entramos a escena pues va a corresponder, a quien tome el control, seleccionar, organizar y restablecer al colectivo. La idea es ir reclutando la mayor cantidad de personajes no jugadores que nos darán cierta ventaja a partir de sus habilidades, recursos y experiencia. A lo mejor es una persona en situación de calle pero que posee un arma automática no-letal o su vestimenta del día a día le permite acceder a lugares que a otros no, como obreros, técnicos, médicos, enfermeras, policías, conserjes o bien, un espía con especialidad en infiltración y contraespionaje.

El hackeo es primordial para moverse entre espacios o para solucionar obstáculos como ingresar a una cámara o requisar un dron de carga, distraer enemigos o hackear los controles de un automóvil, aunque algunas armas son únicas del personaje y esas no se encuentran sujetas a modificación o mejoras.

Otro detalle es que la libra esterlina ya no está en actividad, lo de hoy son las criptodivisas; el ‘ETO’ es la moneda de cambio en el nuevo Londres, con esta moneda virtual podremos comprar diversos objetos. Aunque si lo que queremos es aumentar nuestro arsenal y habilidades de nuestro equipo podremos recurrir a los puntos de tecnología, repartidos por todo el mapa de la ciudad.

La base temática del juego radica en las misiones de reclutamiento que son tantas como los espacios que hay para almacenar candidatos y agentes. Hay misiones principales relacionadas con la historia del juego y secundarias de facción o temáticas. Además, hay actividades de liberación de los ‘boroughs’ londinenses, las cuales pueden ser liberar personal, eliminar enemigos, profanar pantallas espectaculares o sabotear ciertas instalaciones y/o vehículos. Y por otro lado, también hay actividades laborales y de ocio, las cuales pueden ser remuneradas o no, como repartir paquetería de una empresa o boxear en peleas ilegales tipo ‘Snatch’ repartidas en todo el mapa, por ejemplo.

La música es una selección de géneros que se decantan en estaciones de radio, va desde Gorillaz (‘Fell good inc.') o Bedrich Smetana (’Ma vlast'), la selección es amplia. Por otro lado, el combate es particularmente satisfactorio, especialmente cuando se limita a tres acciones: golpear, esquivar y quiebre de guardia.

La representación de la ciudad es similar a la real, y si bien por motivos de espacio se encuentra reducido a las secciones más céntricas de la urbe, los espacios están recreados a partir de la zonas más céntricas y reconocibles como el Palacio de Buckingham, el Puente de Londres o Trafalgar Square. Hay localidades que no alcanzaron para ser reproducidas como Nothing hill, Baker Street, Abbey Road o Hyde Park, pero en general es una bella y genuina reproducción de una de las ciudades más importantes del mundo.

En la parte negativa es percatable la cantidad de errores que presenta el juego, los cuales eventualmente irán desapareciendo, aunque ya con un promedio de sesenta horas de juego se han visto ya varias caídas de cuadros, cierre de sesiones y varios congelamientos.

Pero obviando esos detalles destaca que ‘Legion’ es un título más de fondo que de forma, esto en función de la premisa y las referencias que fundamentan tanto su historia como su escencia. Hay que entender el contexto inglés, pues este ha estado muy cerca de las revoluciones tanto civiles como tecnológicas por lo que es interesante que se presente en este contexto un juego que busca armar una rebelión.

Otro elemento, muy propio de nuestros tiempos y el lugar en cuestión, es la constante vigilancia. Londres es la ciudad, o una de las ciudades, con mayor cantidad de cámaras de vigilancia per cápita, tema que lo hace ideal para la propiedad intelectual ademas del elemento de violación a la privicidad y espionaje relacionado con las revelaciones de ‘Snowden’, el ‘hacktivismo’ y el aspecto corporativo de la seguridad que si bien puede trivializar todos estos temas también tiene una carga pedagogica al respecto, es un arma de doble filo en cuanto a lo delicado de los temas que explora.

Si bien ‘Watch Dogs: Legion’ tiene ciertos detalles a corregir, lo nuevo de Ubisoft aborda temas muy interesantes llegando al punto de presentar temas tan reales y actuales en un mundo distópico como el que propone. Fuera de esto, ‘Legion’ es una gran variante al mundo abierto de los videojuegos, y más aún por su modo de juego en línea.

• PLATAFORMA: PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X, PC

• DESARROLLADORA: Ubisoft

• GÉNERO: Acción, Mundo abierto

• DISTRIBUIDOR: Ubisoft

Este análisis fue desarrollado gracias a una copia digital de ‘Watch Dogs: Legion’ enviada por Ubisoft para PlayStation 4.