Por Diego Orza, Delivery Director de Games Studio de Globant.
¿Era Allan Alcorn consciente de lo que iba a suceder con su experimento de ingeniería en 1972? ¿Sabía la compañía Atari que el videojuego “Pong”, que había desarrollado Alcorn, generaría una demanda inconmensurable que daría la vuelta al mundo? Aunque seguramente el plan de generar algo con impacto estaba, probablemente no imaginaban que crearían fanáticos en todo el planeta a una dinámica tan sencilla como un tenis bidimensional en blanco y negro que emulaba el mítico tenis de mesa. El emblemático y taquillero “Pong” fue uno de los puntapiés iniciales para crear una nueva forma de ocio y colaborar con una industria que hoy mueve masas, crea tribus y factura millones de dólares. En números crudos: según el portal Statista, la industria del gaming moverá 363.200 millones de dólares en 2027 y está previsto que el número de usuarios de videojuegos alcance los 1.472 millones.
Pero no nos vayamos de ese momento inicial y quedémonos unos instantes en el pasado. Casi todos los nacidos a partir de 1970 tienen una primera imagen, un primer videojuego que generó algo distinto y se vincula directamente con la infancia. En mi caso aparecen Monkey Island, Carmen Sandiego, Prince of Persia y así puedo seguir. Detrás de cada uno de esos videojuegos que se vinculan con nuestra niñez (o no tan niñez) hay una historia de creatividad y desarrollo.
Toru Iwatani hoy es asesor y profesor de la universidad politécnica de Tokio. Cuarenta años atrás diseñaba junto a su equipo de ingenieros un sencillo y adictivo tablero donde una figura redonda amarilla que se mueve por un laberinto comiendo puntos mientras evita ser capturado por cuatro fantasmas. El fenómeno arrasaba en fanáticos y las remeras del Pac Man desfilaban como las de Queen o John Lennon. Con el paso de los años, sus 400.000 máquinas recreativas vendidas en todo el mundo lo ubicaban como uno de los videojuegos más aclamados de la historia. Y lo más impactante, la industria gaming empezaba a codearse con otros sectores del entretenimiento como el deporte, la música o el cine.
Retomando la cronología, mientras los fanáticos se desquiciaban con las maquinitas durante interminables horas en bares, pubs o salas de juegos, otros fenómenos comenzaban a colmar la escena gaming y a crecer a gran escala. Uno de ellos sigue más vigente que nunca: las consolas. Con sus primeras apariciones en los 70 pero explotando en la década del 80, la Nintendo Entertainment System (NES) y la Sega Master System (SMS), lanzadas en 1985, se iniciaría una furiosa rivalidad, dominando los mercados más importantes del gaming. En ese entonces, la Nintendo lideraba la industria en Norteamérica y Japón, mientras la Sega se volvía muy popular en Europa y Brasil.
Los Super Mario Bros, los Legend of Zelda y los Mortal Kombat, eran los pilares de la “revolución consolar” y los capitanes de una guerra SEGA vs. Nintendo, que en los 90s sumaría un nuevo contrincante: la PlayStation 1, de Sony. Esta consola avanzaría muchos casilleros adelante en materia de gráficos 3D de alta calidad y marcaría un récord como una de las consolas más vendidas de todos los tiempos con 102 millones de unidades. Y con productos que emocionaron a los fanáticos de la escena como el Final Fantasy VII, el PES y el Gran Turismo, entre otros.
Mientras los big players de la industria seguían innovando con las Nintendo 64, las Play Station 2, 3 y 4 y la Wii U, los “nuevos” del siglo XXI, como la Xbox 360 de Microsoft, levantaban la mano y se sumaban a la conversación. Y esta última mención no es menor ya que el gigante creado por Bill Gates da pie a la irrupción de las computadoras personales (PC) en la industria gamer.
Resulta difícil definir cuáles fueron los mejores juegos de PC o cuáles marcaron una era épica, ya sea por su récord de ventas o su calidad de gráficos. Lo que sí es cierto es que nombres como Age of Empires, Counter Strike, Pokemon, League of Legends, PES, Sims City, Call of Duty, Prince of Persia aparecen en el imaginario colectivo de millones de usuarios en todo el mundo. Sus onomatopeyas, su música y sus trucos eran la contraseña perfecta para unirse a la conversación de millones de individuos que empatizaron con un lenguaje propio que fundaba foros en internet. ¿Y qué significaba esta pasión para la industria? Mayor visibilidad, mayores ingresos y mayor inversión.
¿Y el Candy Crush o la viborita del Nokia 1100 quedan afuera? De ninguna manera y traen importante transformación en el mercado de los videojuegos: en 2024, el 50% de los ingresos va para los juegos de celulares, según el sitio AZ. A su vez, el portal indicó que el resto del reparto es del 28% para juegos de videoconsolas; 21% para PC; y solo el 1% para navegadores web. En tanto, según los datos ofrecidos por el analista Newzoo, para los primeros meses de 2024, el Fortnite Battle Royales ha generado más del 10% de los ingresos totales en el mundo de los videojuegos, seguido del EA Sports FC 24, con un 8,3%.
En definitiva, juegos y fanáticos hay miles, pero en materia de ingresos hay millones de dólares que se generan minuto a minuto. Por eso, en este Día del Gamer queremos resaltar y revalidar que el gaming no vive de los recuerdos y que hoy se sigue reinventando al igual que muchas industrias.