Nuevos tratamientos para combatir la depresión

Los síntomas más comunes de la depresión son la tristeza constante, falta de energía, dificultades para dormir, cambios en el apetito, imposibilidad de concentrarse y, a menudo, pensamientos reiterativos de muerte o suicidio. Hablamos de una condición grave que puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen, pero que, con un tratamiento adecuado y un enfoque integral, es posible desterrarla y lograr una recuperación exitosa.

En ese sentido, además de las terapias tradicionales, han surgido alternativas que están revolucionando el mundo de la salud mental. Todas en fase experimental, por supuesto, pero algunas -bajo la supervisión de especialistas- ya comienzan a dar resultados alentadores. Nos referimos a tratamientos que incluyen tanto la medicina tradicional como la moderna , pero con un matiz hacia el uso de sustancias psicotrópicas, psicodélicas y psicoactivas.

Se cuenta ya con diversos estudios que han trabajado con el potencial de los hongos psicodélicos, como la psilocibina, como herramienta terapéutica para el tratamiento de la depresión y otros trastornos mentales. La psilocibina es un compuesto psicoactivo que se encuentra en algunos tipos de hongos, que, según rigurosas investigaciones, tienen efectos similares a los de la ayahuasca, pero en menor grado o intensidad.

Se cree que la psilocibina puede ayudar a reducir los síntomas de depresión y ansiedad al inducir experiencias profundas y transformadoras que llevarían a una mayor comprensión y aceptación de los propios pensamientos y emociones. El estudio ‘El impacto de las drogas psicodélicas sobre la ansiedad y la depresión en el cáncer avanzado u otra enfermedad potencialmente mortal’, realizado en el 2023 por American Journal of Clinical Oncology.

“Descubrimos que tomar medicamentos psicodélicos, específicamente LSD, psilocibina o MDMA, redujo la afectación depresiva según la medida propuesta por el Inventario de Depresión de Beck en seis puntos, donde un puntaje inferior a 10 indica depresión mínima o nula y superior a 30 indica depresión mayor”, explicó Michael White, profesor de Práctica Farmacéutica de la Universidad de Connecticut, que patrocina este tipo de métricas.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el uso de la psilocibina se encuentra aún en fase de investigación, es decir, se rtequieren más estudios para determinar su eficacia y seguridad a largo plazo.

El MDMA es una droga que ha sido estudiada también como posible tratamiento para la depresión y otros trastornos psicológicos, especialmente en casos de estrés postraumático (TEPT). Aunque algunos estudios recientes han mostrado resultados prometedores en términos de reducción de los síntomas , el uso del MDMA aún se encuentra en la fase de experimental.

El MDMA es un estimulante que actúa en el sistema nervioso central, y puede afectar la liberación de ciertos neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina. Se cree que el MDMA puede ayudar a reducir los síntomas de depresión al disminuir la actividad en los mecanismos de defensa y potenciar el sistema de recompensa en el cerebro.

“Los psicodélicos redujeron los puntajes de ansiedad medidos por el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo de siete a ocho puntos, donde un puntaje de 20 a 37 indica ansiedad mínima o nula y un puntaje de 45 a 80 indica ansiedad alta. Las puntuaciones promedio estuvieron entre 40 y 55, pero aproximadamente 60 en un ensayo”, agregó Michael White, investigador y autor de varios libros sobre la depresión.

Sin embargo, es importante destacar que el MDMA es una sustancia ilegal y su uso recreativo es peligroso, pues al no estar regulada, su composición química podría tener efectos secundarios graves.

El ayahuasca es un brebaje psicoactivo producto de una cocción de vegetales propios de ciertas zonas la Amazonía. Tradicionalmente, ha sido utilizada en rituales religiosos y de sanación por los pueblos indígenas de la región. En los últimos años, se ha desencadenado un interés casi planetario como posible herramienta terapéutica para tratar casos de depresión y trastornos mentales afines. El estudio ‘La ayahuasca, un antidepresivo de acción potencialmente rápida: enfoque en la seguridad y la tolerabilidad’, publicado en 2022, es uno de los más recientes alegatos científicos a favor de su uso.

“El ayahuasca ha mostrado un potencial preliminar como antidepresivo de acción rápida. No hubo informes de eventos adversos graves (EA) en ningún ensayo clínico aleatorizado y controlado con placebo realizado con ayahuasca en poblaciones sanas y clínicas hasta la fecha.” indican los autores del documento.

Sin embargo, actualmente se carece de sufiente evidencia científica para universalizar su uso con este fin. El ayahuasca, además, puede ser peligroso si se consume sin supervisión médica adecuada. Es importante tener en cuenta que la depresión es una enfermedad mental que requiere un tratamiento integral y personalizado, y ninguna sustancia puede ser administrada opción terapéutica válida sin la supervisión de la comunidad médica y científica.

Es importante destacar, por ello, que estos nuevos tratamientos, que se tumban viejos tabúes sobre sustancias antaño demonizadas y prohibidas, están todavía en proceso de validación, pero que pese a prejuicios largamente arraigados podrían abrir la puerta a soluciones -temporales o duraderas- a afecciones cada vez más comunes en la sociedad contemaporánea.