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Más que versos

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(Foto: El Comercio)
Fecha Actualización
Dos de las más temibles opciones se aproximan a dirigir el país. Dos extremos. Dos candidatos cuestionados. Dos equipos con investigaciones o sentencias judiciales en sus cuadros principales. Y así, el paisaje político es más una amenaza que una esperanza. Peor aún, venimos de años telúricos. De cataclismos sucesivos que nos han desgastado hasta la incredulidad. ¿Quién puede pensar que la solución está por llegar? ¿Quién puede creer que hay una salida posible para los males endémicos del país? Erradicar la corrupción, enfrentar la desigualdad social y avanzar en luchas tan urgentes como la reforma política, el enfoque de género o una mirada hacia la ciencia y la tecnología, que tanto valor se ha demostrado que tienen para las políticas públicas.
El Perú está roto, aterrado y aún así, en los últimos meses, en una labor sin mucho aspaviento, nos han gobernado con un claro compromiso con la democracia. Quizás ha sido el primer momento en este quinquenio que las cabezas de los dos poderes del Estado, que han estado completamente enfrentados, han sabido orientar las prioridades y por ello se ha logrado acelerar la inmunización para el personal de primera línea y los más vulnerables. De hecho, se han asegurado 60 millones de dosis para enfrentar la pandemia del COVID-19 en 2021. Un asunto que ni siquiera aparece en los planes de gobierno de los aspirantes presidenciales, donde “el papel todo aguanta”.
Después del 28 de julio no hay una idea clara de qué se hará frente a la emergencia sanitaria y, sin embargo, tal vez por eso hemos llegado a la crisis en la que estamos, no hay muchas voces que puedan mencionar el nombre de Francisco Sagasti sin criticarlo. Ya mucho pedir sería una voz de agradecimiento. Pero llegará. Quizá más tarde, cuando comencemos a ver otra vez la inconducente guerra entre Ejecutivo y Legislativo o, acaso, cuando se reactiven eventuales amenazas contra instituciones como la Defensoría del Pueblo o el Tribunal Constitucional, entre otras. Tal vez deberíamos comenzar por reconocer lo que se hace bien y dar las gracias.
Lea mañana a: Andrés Chaves
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