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[Opinión] Sandra Belaunde: Fe, espero volver a verte

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Foto: Presidencia del Perú.
Fecha Actualización
Soy una de esas personas que cree en la administración pública como un camino hacia el desarrollo del país, camino que se complementa con el sector privado y la sociedad civil. Es una fe a contracorriente porque la figura de funcionario público está desprestigiada. Cada caso de corrupción es una raya a un tigre que ya no tiene espacio.
A pesar del riesgo y frustración que significa la administración pública, no he dejado de creer en ella, en que sin ella no es posible un mejor país; ni de soñar con que suficientes personas con la misma fe podemos hacer un cambio. Es tal mi fe que opté por hacer mi maestría en administración pública y he tenido algunas experiencias de trabajo en el Estado. Después de la primera vuelta, di un paso al costado por no coincidir con las propuestas de los dos candidatos.
Hoy veo con mucha tristeza y preocupación como esa misma administración pública en la que creo, también puede llevar al caos y retroceso en los que empezamos a estar inmersos. La figura de funcionario público ha bajado más su categoría, de desprestigio a peligro. Las responsabilidades de un ministro de Estado y de otras altas autoridades no deben ser subestimadas. Es fácil y populista decir que deben ganar la mitad cuando no se entiende el trabajo y la responsabilidad que asumen.
Presidente Castillo, tiene que repensar su gabinete ministerial en el caso de aquellos que no tienen experiencia para tales cargos, e incluso tienen serios cuestionamientos, como su primer ministro. Ha dado un claro mensaje de confrontación y de autoritarismo (un paso hacia destrozar al Estado y al Perú), cuando lo que necesita es tender puentes para trabajar junto al Legislativo, al sector privado y a todos los peruanos de manera democrática y con respeto del Estado de Derecho. Esto va más allá de su partido, ideología e incluso de la política en general. El país no va a resistir lo que parece venir. Dé una vuelta de timón y aléjenos del pie del abismo.
Lea mañana a: Álvaro Henzler
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