[OPINIÓN] Richard Arce: “De las agendas de Nadine al cuaderno de Dina”

Y no se extrañen que en los siguientes días veamos perdidos a los ministros en un rol de escuderos de la presidenta, tratando de ensayar todo tipo de argumentos sin sentido, pretendiendo insultar la inteligencia de los peruanos. Porque la única constatación que hay hasta la fecha es que están mintiendo, y groseramente, en temas hasta cierto punto banales; el propio Gobierno no ha sabido justificar y se ha metido en un enmarañado de versiones contradictorias y hasta sin sentido, con lo cual más bien refuerza la tesis de que aquí hay gato encerrado.

Les repito una vez más, el problema no son los Rolex —en plural—, sino el trasfondo de los acontecimientos sospechosos que se han dado en torno a este escándalo. Porque ya empezaron a salir las primeras hipótesis sobre su procedencia, recayendo sobre el gobernador de la región Ayacucho, Wilfredo Oscorima, que después de la entrevista en un dominical se ciernen más dudas que certezas y al parecer tendría inclusive una relación directa con el decreto de urgencia que aprueba el Ejecutivo para financiarle un proyecto de un campo deportivo “Ciudad de Cumaná” en Huamanga. Si se valida esta tesis, la presidenta estaría en serios problemas, porque habría una evidente incapacidad moral permanente, causal para una vacancia.

Aunque recordemos que al Congreso no le conviene la caída del gobierno de Dina, porque es ese equilibrio convenido que les permite ver el horizonte y mantenerse hasta 2026; pero sería tanto el escándalo que al Congreso no le quedaría otra alternativa que procesar la vacancia y poner fin a este gobierno. Por eso se entiende que en el Congreso están envalentonados porque tienen un Ejecutivo genuflexo y que solo sirve de Mesa de Partes de todas sus trapacerías.