(Opinión) Juan Stoessel: Problemas en la puerta de entrada

Ahora nos toca poner foco en otro problema: el tremendo cuello de botella en Migraciones del aeropuerto Jorge Chávez, que hace muy lento y engorroso el ingreso al país, señala el columnista. (Foto: Hugo Perez / GEC)

Juan Stoessel

Fecha Actualización

21/11/2021 - 07:00

Vemos con satisfacción que están resolviéndose dos temas álgidos, que perjudicaban la recuperación del turismo. El Estado anunció la reapertura de fronteras terrestres y la ampliación del aforo en aeropuertos. Esto nos permitirá volver a recibir visitantes por tierra (recordemos que prepandemia fueron 2 millones) e incrementar los vuelos diarios (actualmente al 50% del 2019). Felicitamos ambas medidas, que deben oficializarse en los próximos días. Pero ahora nos toca poner foco en otro problema: el tremendo cuello de botella en Migraciones del aeropuerto Jorge Chávez, que hace muy lento y engorroso el ingreso al país. Antes del Covid, en días pico, la cola podía ser de 1 hora.

Actualmente, con solo la mitad de vuelos, las colas son de 1 hora y media. ¿Qué va a pasar cuando aumente la frecuencia de vuelos, o en una temporada alta como Año Nuevo?

Esta crisis tiene su raíz en los sistemas informáticos de Migraciones. Necesitan modernizarse y adecuarse para procesar documentación adicional: declaraciones de salud, carné de vacunación, etc. ¡A la fecha se registran manualmente! Si el MININTER lo hubiera hecho el año pasado, aprovechando el frenazo en el movimiento migratorio, estaríamos listos. Pero no se hizo. Y el cuello de botella empeora conforme recibimos más pasajeros. Esto es una zancadilla a la reactivación. Debe solucionarse con carácter de urgencia.

Si al sector público le falta capacidad para encontrar sistemas idóneos y proveedores calificados, el sector privado está 100% dispuesto a apoyar con su expertise, en lo que se requiera. La situación es grave: La puerta de entrada al país es un atolladero, nuestros visitantes están llevándose una muy mala primera impresión. Y en eso, no hay segundas oportunidades. Señor ministro, la pelota está en su cancha. ¡Actuemos!

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