De mal en peor

En El Peruano del viernes pasado se ve que la mayoría de resoluciones se refiere a viajes de funcionarios a Colombia, Francia, Italia, España y otros destinos. Buena parte de las otras corresponde a nombramientos de funcionarios. Pero el Ejecutivo no cuantifica el incremento de empleados públicos. El gobierno de Ollanta Humala exageró en contratas, pero nada ocurrió.

Pese al grato anuncio del verano, con días calurosos y hasta playeros, la economía se enfría. Los más cautos ya anuncian un magro crecimiento del PBI de 3.5%. Dirán que somos líderes en la región, pero Chile y Bolivia crecen bastante más. Vamos de tumbo en tumbo.

Ya nos acostumbramos a escuchar el estremecedor guarismo de la anemia infantil: 31.9%. No hay alarma porque la ejecución de los proyectos de inversión en 14 importantes ministerios sea solo del 50%. El gobierno no parece inquietarse por la calidad de las aulas, la bajeza humana de los hospitales, el terrible abandono de quienes padecieron el fenómeno de El Niño.

El presidente viaja por el Perú, pero sus prioridades son un referéndum que poco inquieta a los desconcertados peruanos, asociándolo con la ambrosía de la anticorrupción. Aunque hay mucho más interés en que la prisión de Keiko Fujimori sea eterna. Aún no ha tenido un juicio y ya fue condenada por la opinión pública.

Jaime Yoshiyama ‘cantó’ y dijo que él introdujo US$800 mil en la campaña, pero que no vinieron de Odebrecht, aunque igual todos los encausados irán a la cárcel. Sin pruebas, le imputaron al abogado Silva Checa ser el asesor en la sombra, miembro conspicuo de la cúpula criminal. Incluso, el juez le endilgó ser responsable de los memes contra el fiscal Pérez.

Ya se nos hizo creer que el fujimorismo es una organización criminal, pero nada ocurre por colaborar. Estos gánsters son diferentes. El fiscal Pérez trabajó en la academia del ex consejero Guido Aguila, nada pasa. A otro ya lo hubieran fichado como integrante de Los Cuellos Blancos del Puerto. Estamos adormecidos.

El importante y completo informe de la comisión Lava Jato se quiso demoler y se va echando al olvido. El fiscal Pérez mintió al decir que Silva Checa tenía un documento de esa comisión para asociarla con la organización criminal. Se sigue arremetiendo contra el fiscal Chávarry, buscando dejar impune Lava Jato. Y nada pasa.

Se busca dividir más a la bancada fujimorista, mientras que la oficialista hace agua por aquello de la hoguera de las vanidades. Increíble, en ocho meses de gobierno estamos patas arriba.