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Fuga anunciada

“Es verdad que tanto nuestras autoridades como sus contrapartes estadounidenses se enfocaron en Toledo y eso estuvo muy bien. Sin embargo, no se debió descuidar a la presunta cómplice en este esquema de corrupción”.

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Como tantas veces se advirtió, Eliane Karp salió disparada de California, EE.UU., y se refugió en Israel, país con el cual el Perú no tiene un tratado de extradición. Es decir, la justicia peruana, encarnada esta vez en la Fiscalía, ha perdido una importante batalla en la lucha contra la corrupción.
La impunidad de la que gozará una de las piezas claves del caso Ecoteva (lavado de activos) está, con ello, casi sellada, salvo que Israel acepte voluntariamente la extradición de uno de sus connacionales por algún caso de reciprocidad. Algo realmente improbable.
Se sabe que el Gobierno suscribió una adenda con el estudio Foley Hoag –que litigó a nombre del Perú para lograr la repatriación de Toledo– por el caso Ecoteva, para que los asesorara con el proceso de extradición y detención de Karp. Pero eso no fue suficiente. Como tampoco lo es que el Ministerio Público se haya limitado solo a presentar el cuadernillo.
El Ejecutivo, a través de la Cancillería y el Ministerio de Justicia, pudo dar un empujoncito adicional al trámite, contratando quizás a otro estudio de abogados para que hiciera seguimiento al curso del expediente Karp en la justicia norteamericana e incluso en el Departamento de Estado, relacionándolo con el dolo de Ecoteva.
Es verdad que tanto nuestras autoridades como sus contrapartes estadounidenses se enfocaron en Toledo y eso estuvo muy bien. Sin embargo, no se debió descuidar a la presunta cómplice en este esquema de corrupción, quién sabe si la mano que mecía la cuna, desde el pedido de coimas hasta la compra de inmuebles y pago de hipotecas.
El carácter despótico e irascible –por decirlo con educación– de la ex primera dama del país haría pensar que las decisiones de toma y daca con los dineros sucios no las asumía exclusivamente el hombre de Cabana. Por otro lado, la madre de la actual prófuga, Eva Fernenbug, está domiciliada en Bélgica, otro Estado que tradicionalmente se resiste a dar en extradición a sus ciudadanos. Porque Fernenbug tiene, asimismo, mucho que responder a la justicia peruana, ya que su nombre fue usado como coartada para realizar cuantiosas adquisiciones de inmuebles.
Madre e hija, entonces, a diferencia de Toledo, parecen ya fuera del alcance del brazo largo de la ley. Desde este modesto rincón de la prensa peruana creemos que algo más se pudo haber hecho para traerla al Perú, pues hay indicios que lo de Ecoteva es solo la punta de una madeja de coimas a todas luces mayor de lo que inicialmente se pensaba.