/getHTML/media/1229589
Carlos Paredes: ’’Es una posibilidad vender la Refinería de Talara’’
/getHTML/media/1229553
Mensaje a la Nación de Dina Boluarte por Fiestas Patrias
/getHTML/media/1229543
En breve Mensaje a la Nación de Dina Boluarte por Fiestas Patrias 2024
/getHTML/media/1229522
Se realiza la Misa y Te Deum por Fiestas Patrias
/getHTML/media/1229342
Nicolás Yerovi: "Celebramos la sobrevivencia"
/getHTML/media/1229339
Fernán Altuve: "¿Presentar candidato de 87 años se puede considerar estabilidad?"
/getHTML/media/1229338
Orgullo de ser peruano: ¿Qué nos hace sentirlo?
/getHTML/media/1229336
Nancy Arellano sobre Elecciones en Venezuela: "Esta no es una elección tradicional"
/getHTML/media/1229265
Zelmira Aguilar: "Alejandro Villanueva creó el estilo de juego de Alianza y Selección"
/getHTML/media/1229195
Cherman: "Quien me quiebra el lado patriótico fue Juan Acevedo con Paco Yunque"
/getHTML/media/1229190
Marco Poma CEO de Tkambio: "Perú está atrasado en materia de 'open banking'"
/getHTML/media/1229009
Javier Arévalo, escritor: "Sin bibliotecas, el hábito de leer no nace en los niños"
/getHTML/media/1228674
Mujeres Aymaras sorprenden con su arte en Desfile de Modas
PUBLICIDAD

Su atención, por favor

“La muerte de Peredo, al mismo tiempo, sacó lo peor de cierto periodismo deportivo y de espectáculo que lo único que busca es explotar el morbo para ganar uno o dos puntos más de rating”.

Imagen
(Perú 21/Mario Zapata)
Fecha Actualización
Cuando asesinaron a Luis Choy, varios de quienes asistimos al velorio –casi todos periodistas– nos quedamos consternados viendo cómo las cámaras de televisión se metían sin invitación a la casa de su mamá –donde lo velaban– para tratar de capturar el momento en el que la señora o alguno de los familiares cercanos a Luis se quebrara para transmitirlo en vivo o esa noche.
“Buitres miserables”, comentamos varios, algunos entre lágrimas. Cuando intentamos pedirles a los reporteros de TV que respeten la intimidad del dolor de la familia y amigos, la respuesta fue “estoy chambeando, hermano, ¿acaso yo te digo cómo hacer tu chamba?”.Un día, mientras un amigo reportero entrevistaba a la madre de un fallecido, por el auricular, su productor le decía “haz que llore, haz que llore, carajo, o te boto”. No bromeaba. Hace pocos meses, otro productor extorsionaba a la viuda de un bombero caído en acción para que aparezca bailando en la TV. En ese contexto, lo que ha hecho Ortiz al tratar de vender “los últimos instantes” de Daniel Peredo en la cancha de fulbito, como si fuera noticioso, no lo convierte en el único carroñero invertebrado o larva come cadáveres de nuestra oferta televisiva. La muerte súbita de Daniel ha sacado a relucir lo más bonito y lo mejor de la hinchada y de muchas personas que, sin conocerlo, han descubierto de manera póstuma a un gran profesional, pero, sobre todo, a un gran sujeto. ¿Qué le diría Peredo a la periodista que intentaba hacer llorar a su amigo para las cámaras? ¿Qué le diría e Beto Ortiz?
La muerte de Peredo, al mismo tiempo, sacó lo peor de cierto periodismo deportivo y de espectáculo que lo único que busca es explotar el morbo para ganar uno o dos puntos más de rating. Lo más triste de esto último, sin embargo, es que lo logran.