México y Perú, una relación dañada por la ideología

La semana pasada, México anunció que impondrá visa a los ciudadanos peruanos que quieran viajar al país azteca a partir del 20 de abril. Esta medida se dio ante el presunto incremento de peruanos que viajan al país norteamericano y “presentan inconsistencias en su documentación o información, robusteciendo la posibilidad de que un número significativo de personas pretendan utilizar la supresión de visa indebidamente”. No obstante, esta medida sería una puya más en la deteriorada relación entre ambos países.

Para entender ello, primero se debe de recapitular los impasses ocurridos en los últimos años entre México y Perú.

El 7 de diciembre de 2022, el entonces presidente de Perú, Pedro Castillo, perpetró un golpe de Estado y ordenó el cierre inconstitucional del Congreso y la intervención de todo el aparato judicial que lo investigaba por corrupción. Sin embargo, las FF. AA. y todas las instituciones se pusieron del lado de la Constitución y la democracia y desacataron la orden golpista.

Tras ello, el mandatario golpista y su familia abandonaron Palacio de Gobierno y se dirigieron hacia la Embajada de México para asilarse. Días después, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), confirmó que Castillo lo llamó antes de salir de Palacio para solicitarle asilarse en la embajada de su país. Petición que fue concedida por AMLO, pero que no se concretó ante la detención de Castillo.

El mandatario mexicano, a pesar de que Pedro Castillo quebró el orden constitucional, desconoció a Dina Boluarte como presidenta constitucional de la República y se pronunció reiteradamente sobre la situación en el Perú. Además, otorgó asilo a la familia del expresidente golpista, incluida a la exprimera dama Lilia Paredes, quien se encuentra investigada por el presunto delito de organización criminal.

El Gobierno del Perú rechazó las constantes injerencias de AMLO y declaró persona non grata al embajador mexicano en Lima y se le dio 72 horas para que abandone el país.

López Obrador, junto a los presidentes de Chile, Colombia y Ecuador, tenían previsto llegar a Lima el 14 de diciembre para la transferencia de la Presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico por parte de México a Perú. Sin embargo, tras la destitución y arresto del expresidente Pedro Castillo, AMLO desconoció la sucesión constitucional de la presidenta Dina Boluarte y se negó a entregar el cargo al Perú, afectando los vínculos comerciales de los cuatro países miembros del organismo.

El presidente mexicano calificó a Boluarte como “usurpadora” e incluso pidió que le entregue la presidencia a Pedro Castillo. “No le puedo yo entregar nada porque ella no es legal y legítimamente para nosotros presidenta del Perú”, aseguró en mayo de 2023.

La negatoria de AMLO de entregar la presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico al Perú perjudicó no solo a ambos países, sino también a todo el organismo internacional. Debido a ello, no se pudo realizar las reuniones técnicas entre los funcionarios de los cuatro países, así como tampoco permitir la adhesión de nuevos miembros como Ecuador.

Sin embargo, tras las gestiones de la cancillería de Chile, México accedió a entregarle a este país el liderazgo de la Alianza del Pacífico para que luego este se la entregue a Perú. Fue así como con casi un año de demora, en agosto de 2023, Perú recibió la presidencia pro témpore del importante organismo internacional que representa cerca del 40% del PBI de América Latina y el Caribe.

Gracias a la Alianza del Pacífico, los países miembros lograron una integración ejemplar en la región. Los ciudadanos de los cuatro países miembros pueden viajar libremente a esos Estados sin necesidad de una visa. No obstante, la semana pasada, México decidió faltar a este acuerdo e impuso el requisito de visa para todos los peruanos que viajen al Estado azteca a partir del 20 de abril, bajo el pretexto de un presunto “incremento sustancial” de peruanos que viajan a dicho país en aprovechamiento de la exencion de la visa y “presentan inconsistencias en su documentación o información, robusteciendo la posibilidad de que un número significativo de personas pretendan utilizar la supresión de visa indebidamente

Ante ello, el gobierno peruano, con legítimo derecho, respondió a esta imposición con la aplicación del requerimiento de visa para los ciudadanos mexicanos que viajen a nuestro país a partir del 23 de abril.

Este suceso es un enfrentamiento más entre México y Perú por una cuestión que más parece ser ideológica que de seguridad nacional.