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La historia del crítico gastronómico de NYT que renuncia a su puesto por colesterol alto, azúcar en la sangre e hipertensión

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En las cocinas de muchos restaurantes de Nueva York hay fotografías de Pete Wells y otros críticos. Foto: NYT
Fecha Actualización
Tocó parar. Pete Wells, uno de los más aclamados críticos gastronómicos de The New York Times, escribió un artículo, donde confiesa que es hora de dejar las reseñas por razones de salud.
Tras hacerse un examen físico, descubrió que no estaba nada bien: “Mis puntuaciones eran malas en todos los aspectos; mis niveles de colesterol, azúcar en sangre e hipertensión eran peores de lo que esperaba, incluso en mis peores momentos. Se usaban términos como prediabetes, enfermedad del hígado graso y síndrome metabólico. Técnicamente, yo era obeso”.
Wells tomó la decisión de cambiar de vida, y eso implicaba abandonar las tan esperadas reseñas que escribía para el Times: “Después de 12 años como crítico de restaurantes para The New York Times, decidí retirarme con tanta elegancia como me lo permitiera mi estado de obesidad técnica”.
No se irá del diario. Ciertamente, cambiará de rubro: “No es que vaya a dejar la redacción. Tengo un par de críticas de restaurantes más en mi bolsillo que aparecerán en las próximas semanas y planeo quedarme en The Times por mucho tiempo después de eso. Pero ya no puedo soportar la vida de reseñar semana a semana”.
Salir a comer todas las noches para posteriormente escribir sus reseñas le ha pasado factura. En su relato da cuenta de que los críticos no suelen hablar de algo fundamental: el peso.
““Probablemente sea el trabajo menos saludable de Estados Unidos”, dijo Adam Platt hace poco cuando lo llamé para hablar de este tema tan innombrable. Platt fue crítico de restaurantes de la revista New York durante 24 años antes de dejar el cargo en 2022", cuenta Wells. Este crítico tiene ahora una flotilla de médicos que lo tratan por gota, hipertensión, colesterol alto y diabetes tipo 2.
Y aunque muchos creen que puede ser el oficio más grato del mundo eso de comer delicioso en espléndidos lugares, los críticos acaban por volverse adictos al azúcar, la bebida, las comidas ricas a un ritmo de cuatro por semana, lo cual no acaba siendo bueno para nadie.
Y cita unos casos alarmantes: AA Gill , crítico de restaurantes del Sunday Times de Londres, murió de cáncer a los 62 años; Jonathan Gold , crítico de Los Angeles Times y LA Weekly, murió a los 58 años, justo después de que le diagnosticaran cáncer de páncreas. En 1963, AJ Liebling , de The New Yorker, murió después de ingresar en un hospital por neumonía bronquial. Tenía 59 años.
Quizás la fórmula de Christiane Lauterbach , crítica gastronómica de la revista Atlanta desde hace más de 40 años, es una de las más recomendables. Tomar pequeños bocados de una cosa y otra, jamás se termina un plato completo. Si lo hiciera, comenta, pesaría 136 kilos.
“Prácticamente todas mis 500 reseñas fueron el resultado de haber comido tres veces en el lugar sobre el que escribía. Normalmente, llevaba a tres personas conmigo y les pedía a cada una que pidiera un aperitivo, un plato principal y un postre. Eso significaba que probaba 36 platos antes de escribir una sola palabra”, confiesa Wells.
La cuenta de Instagram de Wells es una fiesta de sabores altas en calorías, por supuesto.
Lo que parece un trabajo excepcional, acaso no hay algo más delicioso que comer sabroso, es todo un esfuerzo, sobre todo si se hace una rutina como la de Wells, quien antes de esta renuncia escribió:
“Cuando decido hacer una reseña de un restaurante, trato de probar todo lo que hay en el menú. Cuando eso no es práctico, trato de hacer una muestra lo suficientemente grande como para que sea representativa. Aunque a veces los empleados me reconocen, nunca uso mi nombre ni el de The Times cuando hago reservas, como o pago. No uso pelucas ni otros disfraces. En mi experiencia, no son muy efectivos”.
Wells concluirá su función como crítico a principios de agosto.
Wells dirigió el lanzamiento de la lista de los 100 mejores restaurantes de la ciudad de Nueva York del Times , un ambicioso proyecto que ya va por su segundo año. Últimamente, también ha colaborado en varios números del boletín del Times “Dónde comer: la ciudad de Nueva York”, donde los lectores pudieron conocer de forma más personal sus hábitos gastronómicos y conocer un poco su sentido del humor.
El TImes difundió la mañana de este martes en su sitio web, las mejores reseñas y ensayos de su crítico estrella.
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