/getHTML/media/1239557
Gobierno se endeudará por aviones de guerra y no para seguridad| La Voz del 21
/getHTML/media/1239537
José Baella sobre caso Vladimir Cerrón: "Se debería investigar la contradicción de la Policía"
/getHTML/media/1239536
Fuad Khoury: "No es el momento para invertir en aviones de guerra"
/getHTML/media/1239269
Impulsared: el programa que promueve el desarrollo a través del emprendimiento
/getHTML/media/1239371
Romy Chang sobre 'Chibolín': "La caución asegura la permanencia de Elizabeth Peralta"
/getHTML/media/1239361
José Carlos Mejía, abogado de agente 'Culebra' habla sobre supuesto atentado: "Han sido dos extraños incidentes"
/getHTML/media/1239253
Dina Boluarte endeudará al Perú por S/ 7,500 millones para comprar 12 aviones de combate
/getHTML/media/1239252
Adrián Simons: "Tipificar terrorismo urbano no soluciona nada"
/getHTML/media/1239251
Todo lo que debes saber sobre el sorteo 'Escapada de Primavera'
/getHTML/media/1239126
Gobierno de Dina Boluarte sin rumbo ante criminalidad | La Voz del 21
/getHTML/media/1239123
Víctor García Toma: "El JNE debió anular la inscripción de A.N.T.A.U.R.O"
/getHTML/media/1239120
Mariano González: "Este gobierno-Dina Boluarte- representa más al crimen que a los peruanos"
/getHTML/media/1239127
Malena Morales de Alicorp y su compromiso con los emprendedores peruanos en Marcas y Mercados
/getHTML/media/1238304
Los mejores libros del siglo XXI según The New York Times | Biblioteca de Fuego
/getHTML/media/1238207
118 mujeres han sido víctimas de feminicidio en lo que va de 2024
PUBLICIDAD

La Nueva Palomino: Picanterías son guardianas de la tradición

Imagen
Fecha Actualización
Las cocinas regionales son los pilares de lo que se conoce con el nombre genérico de “cocina peruana”. Sin ellas nada sería posible. Su aporte, la confluencia de productos que recién se “reconocen” y la asimilación de sabores de otras culturas a los que somos tan permeables, hacen que la cocina peruana esté en constante ebullición.
Sin embargo, la tradición sigue siendo la madre de todos los sabores. Es por eso que mi memoria palatal me lleva siempre a las picanterías arequipeñas, y entre ellas a La Nueva Palomino de Mónica Huerta Alpaca porque sabe interpretar la cocina moderna a la luz de las costumbres heredadas de madres y abuelas.
Imagen
La cocina picantería es del día. Nada se guarda, ni se congela ni se precocina. Se prepara siguiendo técnicas antiguas como el ccaspeado, el ahumado, el curado, el asoleado. Si bien ya no se usa leña para cuidar el medioambiente, sí se prescinde de la licuadora para ceder paso al batán, se obvian los jugos para dar lugar a la chicha de güiñapo que se prepara a diario con los germinados que sigue haciendo doña Amanda con las técnicas de antaño.
El trabajo picantero empieza de madrugada, abre a mediodía y cierra a media tarde. Cuando la comida se acaba, se acaba. Algo que saben los parroquianos, pero que desconocen los turistas que llegan a las tres de la tarde a pedir el chupe del día.
No hay reservas y el aforo es limitado. Una larga cola se forma desde las 11.30 de la mañana. Hasta hace algunos meses atendían 400 cubiertos diarios, hoy han reducido el aforo a 250 personas para brindar mejor servicio.
Imagen
Pese a la cantidad de comensales que recibe, no hay abigarramiento, porque son varios los espacios abiertos donde se ubican mesas largas y bancas a conveniente distancia una de la otra.
En cocina 25 personas (con decenas de años de experiencia) preparan un centenar de recetas divididas entre jayaris, guisos, chupes y extras que 40 diligentes mozas llevan a las mesas. No se le ocurra pedir un “triple” que no pertenece a la tradición, sino que fue impuesto por el mercado turístico. Aventúrese más bien por alguna sarza (según el día le ofrecerán lapas, criadillas, erizos, gallina, camarón, senca, etcétera) aderezadas con chichagre, uno de los grandes bocados de la cocina arequipeña dada la complejidad y delicadeza de la receta. La ocopa aterciopelada, untuosa, con textura y discreto picor es casi obligatoria. En la última visita probé unas magníficas ancas de cuy en chicharrón servido con habas hervidas, papas, choclo, llatan y sarza de cebolla; y el pato almendrado, uno de mis platos preferidos por la sabrosa carne cocinada a fuego lento en su propia grasa. Los postres aunque escasos son imprescindibles: queso helado y buñuelos con miel de higo casero.
La cocina de Mónica Huerta abraza sin abrasar. Ahí está su grandeza.

DATO
Pasaje Leoncio Prado 122, Yanahuara. Atiende todos los días de 12 m. a 4.30 p.m.