(Foto: Facebook Cooperativa Agraria de Cafés Especiales Curibamba)
(Foto: Facebook Cooperativa Agraria de Cafés Especiales Curibamba)

Próximos al Día del Café Peruano, este año el proyecto ‘Café Curibamba’, que impulsa el desarrollo económico de los agricultores de varias provincias de, espera producir y comercializar 27 toneladas de de especialidad.

La iniciativa fue desarrollada por Enel en 2014 y, desde entonces, ha logrado incrementar la producción de los caficultores de las comunidades campesinas de Uchubamba, San José de Villano, San Cristóbal de Marancocha, y los anexos de Los Ángeles y Yanayacu, todos ubicados en la cuenca del río Tulumayo, el cual está situado a lo largo de las provincias de Jauja, Concepción y Chanchamayo, en Junín.

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Asimismo, el proyecto ha conseguido que sus granos sean de mejor calidad en taza logrando obtener un café de especialidad, con mejores precios y con miras a mercados internacionales.

Quienes pertenecen a este proyecto se agrupan en la Cooperativa Agraria de Cafés Especiales de la Cuenca del Tulumayo (CACEC Tulumayo): son un total de 45 socios que cumplen un papel importante en el sector cafetalero de la zona en beneficio de los pequeños productores: “la conformación de la cooperativa fue un logro de los agricultores que estamos convencidos de que nos espera un futuro brillante y para ello nos estamos esforzando con el fin de lograr nuestras metas”, señaló el joven agricultor Erick Maravi, hijo de una socia productora y especialista en perfilación de tostado de cafés especiales y en control de calidad físico y sensorial de cafés especiales.

El caficultor agregó que, gracias a los cursos que ha recibido en materia de café de parte de especialistas, ha podido conocer más sobre este producto, su proceso, post cosecha y transformación en materia prima: “el mundo del café es amplio, ya que puedo trabajar para la cooperativa en los acopios, en las visitas a las parcelas, realizando el análisis físico y sensorial para lograr que el sabor y aroma se perciba en la taza del consumidor final”, añadió.

Café Curibamba. (Foto: Difusión)
Café Curibamba. (Foto: Difusión)

Por otro lado, en la actualidad, se tienen en producción 35 hectáreas de café y aproximadamente 18 hectáreas de plantaciones nuevas de café que, en su mayoría, se encuentran en sistemas agroforestales. Estas plantaciones se encuentran desde los 1,300 hasta los 2,100 metros sobre el nivel del mar, a la vez que alrededor de 150 familias participan de los cultivos.

Gracias a un acuerdo facilitado por Enel con empresas peruanas de café, las familias en Curibamba venden su producto en el mercado interno y han participado en diversos eventos nacionales e internacionales a través de la marca ‘Café Curibamba’ Pampa de Oro. En Lima, el ‘Café Curibamba’ en sus versiones café tradicional, café gourmet y café viajero puede conseguirse en tiendas sostenibles.

Testimonios de la cooperativa

El cultivo del café viene de mis ancestros, siempre ha sido un negocio familiar y desde niño soñé con que nuestros productos se vendan en los mercados del mundo. La cooperativa nos ha enseñado a trabajar unidos para lograr este sueño y mejorar la calidad de vida de nuestras familias”, dijo el productor Abraham Meza, socio fundador de la cooperativa y uno de los mejores productores de la CACEC Tulumayo.

Otro productor, César Arcos, comparte esta herencia y sostuvo que, para él, cultivar café es una actividad que hace en honor a sus antepasados y que a la vez es un negocio sostenible: “el café es un negocio rentable y, además, durante estos últimos años, he conocido a otros productores que se esfuerzan al igual que yo y lograron formar una cooperativa, a la que actualmente pertenezco. De esta manera, el negocio del café se consolida mejor, ya que trabajamos en conjunto y nos va mejor. Ahora soy un socio y también lo seguirán siendo mis hijos”, precisó.

Arcos explicó que los productores de la cooperativa siempre se reúnen para ir mejorando los cultivos y la producción. De esta manera, buscan tener un producto de calidad que logre beneficios para todos sus miembros, sus familias y sus comunidades en general: “en la producción del café he encontrado mi forma de salir adelante, de ser el soporte de mi familia. El cultivo del café es un aprendizaje que voy a poder heredar a mis hijos para que sigan con el negocio”, finalizó.

El proyecto cuenta con personal técnico experto en la producción de café y el cuidado de cultivos, quienes realizan visitas de manera regular a las familias de agricultores brindando consejos prácticos y formación permanente.

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Luis Espinoza de la Derrama Magisterial