La historia de Kio Chicharronería se remonta a 1978 en una fuente de soda donde el pan con chicharrón se convirtió pronto en la estrella de la casa.
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El local que comenzó con la gran expansión fue el de San Miguel, el cual sigue siendo hasta hoy el punto principal de la cadena, ubicado en la avenida Universitaria 871. Los fundadores bautizaron el negocio con el mismo nombre de la matriarca de la familia de ascendencia japonesa.
El secreto está en el aderezo que se disuelve en el agua donde van a hervir las pancetas, todo esto por espacio de 50 minutos a una hora. Luego, cada trozo es sellado a la plancha con la misma grasa del chancho y se le agrega otro aderezo especial con toque oriental, que también es una receta bien guardada.
Luego se corta en medallones y se coloca de nuevo en la plancha para ir directo al pan o presentado en porciones de kilo o medio kilo. El sabor, como muchos ya saben, es distintivo. Todo puede ser acompañado con café, emoliente y jugos variados.
Al expandirse (ya tienen 13 locales en Lima) decidieron impulsar una carta ofreciendo platos a la carta para atender hasta la cena: lomo saltado, pollo a la brasa, tallarín saltado, chaufa de diversas carnes y hasta innovando con el cebiche de chicharrón.
Aparte de esto, los otros favoritos son el sánguche de chorizo, de salchicha huachana, pavo, jamón del país, chancho deshilachado, sánguche de pollo a la brasa y el de cilindro oriental.
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