Nacho acaba de lanzar su nueva canción "Ya no aguanto más". (DIfusión)
Nacho acaba de lanzar su nueva canción "Ya no aguanto más". (DIfusión)

Nacho Mendoza puso a bailar a millones de personas con el pegajoso tema “Mi niña bonita”, en 2010, y un año más tarde, el exitoso dúo que formó con Chyno Miranda conquistó corazones con “El poeta”, una inolvidable canción romántica que sirvió como declaración de amor para muchas parejas y que consolidó su carrera. Ahora, el artista venezolano apuesta por la salsa y acaba de lanzar “Ya no aguanto más”.

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¿Cómo decidiste incursionar en la salsa?

Siempre he sido fanático de la salsa. A mí nunca me ha gustado el encasillamiento. Creo que los seres humanos tenemos que poner a prueba nuestros límites y tratar de sacar lo mejor de nuestra capacidad. Si tenemos la capacidad y la posibilidad de hacer música, tenemos que tratar de explorar todos los géneros, obviamente, con respeto. Fue una sesión con un amigo cubano, Lenier, y con un equipo de músicos maravillosos. Grabamos y nos dimos cuenta de que quedó espectacular.

Este 25 de mayo vendrás al Lima Music Fest. ¿Cómo alistas el reencuentro con tu público peruano?

Siento una enorme emoción. Perú siempre fue un público maravilloso para mí desde la etapa en que yo estaba en Calle Ciega. Desde 2004 empecé a visitar Perú y todas las veces he tenido un recibimiento maravilloso. Son muchos los recuerdos. Cuando fuimos con Calle Ciega, visitamos programas en los que había personajes muy populares que nos imitaban. Nos quedó muy marcado porque sentimos que por primera vez se nos daba una importancia de ese tamaño.

Has sabido reinventarte y mantenerte vigente, ¿cuál es la fórmula?

No parar. Hoy, para mí, el éxito es disfrutar lo que hago, vivir de lo que hago, tener paz, sentir que no tengo enemigos ni que odio a nadie. Estoy viviendo una vida chévere, tengo una conexión intensa con Dios y eso lo considero éxito. Creo que para mantenerse en la música hay que seguir trabajando, no importa lo que pase. Hay que creer en uno, no dejarse desanimar por nada y seguir adelante siendo fiel a lo que te gusta.

Al igual que Daddy Yankee, ¿piensas en algún momento sacar algún álbum o temas dedicados a Dios?

Es posible que suceda en el futuro casi inmediato, porque estoy conociendo en este momento las maravillas de Dios y los últimos meses he vivido sorprendido con su bondad. Si cantarle a Dios va a ser mi paz y mi felicidad completa, entonces Dios me va a ir mostrando el camino hasta llegar allá.

Estás trabajando junto a Chyno en el álbum Eternos. ¿Cómo surgió la iniciativa?

Eso va hermosamente bien. Yo creo que la curiosidad de hacer esta producción es porque mi compañero está en un proceso de recuperación al 100% de sus capacidades, es un proceso de rehabilitación física y neurológica en el que tengo el placer de acompañarlo. Todas estas reuniones musicales que tenemos afectan de buena manera en su recuperación. Tenemos la intención de proponer una enorme gira para final de año a nivel mundial. No sabemos si comenzará en los Estados Unidos o en Latinoamérica. Hicimos un álbum que salió y a los dos días se declaró pandemia y la gente no se enteró de que este proceso de reunión de nosotros como dúo no tiene dos días, sino que fue interrumpido y después de la pandemia, vino el declive de la salud de mi compañero y ahora estamos con la misma esperanza y con las mismas ganas de recuperar su salud y de recuperar todo lo que en ese momento propusimos a través de ese disco.

¿Alguna vez quisiste tirar la toalla y dejar la música?

Sí, sobre todo al principio de la carrera, el primer año de Calle Ciega, la aceptación fue muy difícil. Al principio, la gente nos veía en las presentaciones y nos decía “fuera”. Fue un proceso muy fuerte a nivel emocional para nosotros luchar contra eso. El primer año fue muy turbio, de pruebas, ensayos y mucho trabajo. Yo no quería obligar a mi papá a ayudarme a cumplir este sueño, que era una incertidumbre. Me alejé un poco de mis padres y empecé a lucharla solo, fueron tiempos complicados, no tener vivienda o no tener comida y en un momento tuve que llamar a mis hermanos y decirles “rescátenme”. Me monté en un autobús de nuevo hacia mi provincia, renunciando, y mis compañeros empezaron a llamarme para que le diera otra oportunidad al grupo. Después de tener el anhelado éxito, empecé a luchar con las ganas de retirarme ya por un tema familiar y porque yo nunca he estado dispuesto a renunciar a mi vida normal por la fama.

¿Qué mensaje le darías a quienes sienten rechazo por los migrantes venezolanos y a quienes sufren por el estigma?

Creo que mis compatriotas tienen que fortalecerse en espíritu. Nosotros como sociedad, y me refiero a toda Latinoamérica, no solo a los venezolanos, necesitamos mucha humildad. No podemos hablar de nuestros territorios o de nuestra cultura a través de la arrogancia y la prepotencia. No podemos ir por el mundo gritando sobre nuestras bondades si decidimos abandonar esas bondades por buscar una mejor manera de vivir. Todos en algún momento hemos emigrado y hemos anhelado la hospitalidad de otro país, incluyendo peruanos, colombianos y ecuatorianos hacia Venezuela. No puedo decirte con certeza que nosotros hemos sido los mejores anfitriones y los seres más hospitalarios, pero creo que no se ha visto en Venezuela un rechazo con tal intensidad. Creo que la humildad en el corazón de quien llega y la humildad en el corazón de quien recibe es la solución a todos esos problemas.


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