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Demi Moore narra lo que sintió cuando sufrió una sobredosis: “Me podía ver a mí misma desde arriba"
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La vida de Demi Moore parecía sacada de una película: tenía una carrera consolidada, una vida en familia y un matrimonio estable. Lo cierto es que, como en toda trama, siempre hay un momento cumbre. En el 2011, un caso de infidelidad remeció Hollywood y también la vida de la actriz.
La difusión de unas imágenes en las que se veía a Ashton Kutcher, entonces esposo de Moore, en un jacuzzi junto a otras mujeres, una de ellas (admitió haber tenido relaciones sexuales con el actor) hicieron que Demi pusiera punto final a sus ocho años de relación.
“Es con gran tristeza que he decidido terminar mi matrimonio de seis años con Ashton. Como mujer, como madre y como esposa hay ciertos valores y votos que mantengo como sagrados y es en este espíritu que he decidido seguir adelante con mi vida”, expresó en un comunicado.
La infidelidad y todo el proceso de separación fueron situaciones que tumbaron a la actriz, quien recurrió al abuso de fármacos, drogas y alcohol para intentar mitigar su tristeza. En enero del 2012, Demi fue ingresada al hospital por causa de una supuesta crisis de estrés, versión que fue desmentida por personas cercanas a ella, pues dijeron que el verdadero motivo de su hospitalización fue debido a mal uso de antidepresivos.
Tiempo después, la protagonista del film ‘Un plan brillante’ decidió dar una fiesta junto a su hija Rumer, quien tenía 23 años. Durante la celebración Demi se animó a consumir lo que estaban consumiendo sus invitados. “Hice lo que otras personas estaban haciendo: absorbí un golpe de óxido nitroso, y cuando me hizo efecto en el sofá hundido de mi sala de estar, tomé una bocanada de maceta sintética (se llamaba Diablo, apropiadamente)”, cuenta en una de las líneas de su libro: Inside Out, que lanzará este 24 de setiembre.
“Lo siguiente que recuerdo es que todo se puso borroso y me podía ver a mí misma desde arriba. Estaba flotando fuera de mi cuerpo en colores que se arremolinaban y parecía que quizás era mi oportunidad: podía dejar atrás el dolor y la vergüenza de mi vida”, continúa en la publicación a la que tuvo acceso el portal Radar Online.
Este suceso la llevó a ingresar nuevamente a un centro de salud y, posteriormente, a una rehabilitación que la mantuvo alejada de sus tres hijas durante un año. Una vez superada la pesadilla, y a punto de cumplir 57 años, la actriz se animó a contarlo a través de su autobiografía en donde contará, además, sobre su dura infancia, su relación con Kutcher y sus inicios en el cine.
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