La empresa de videojuegos Gate Five llegó a un acuerdo de US$20 millones con Beyoncé para crear un juego basado en la cantante, que se llamaría Starpower Beyoncé. Tres días antes de firmar el contrato, la intérprete se echó para atrás sin dar alguna explicación.
El decisión de Beyoncé hizo que las acciones de la compañía bajen y perdieran millones de dólares. Producto de la caída, la empresa de videojuegos tuvo que despedir a 70 empleados. Ahora, Gate Five demandó a la cantante y exige US$100 millones por los daños ocasionados.
Los abogados de la intérprete alegan que ella tenía la opción de retirarse del acuerdo después de descubrir que la compañía no contaba con el presupuesto necesario para el videojuego que iba a llevar su nombre.
En tanto, el juez a cargo del caso, Charles Ramos, ha permitido que la demanda siga su curso y que vaya a juicio. Además, indicó que Beyoncé debió haber avisado con más tiempo a Gate Five que no participaría.