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Productores de aceituna apuntan a nuevas variedades para mejorar cifras de exportación
Fundo La Noria plantea que del 100% del área de cultivo, concentrada en aceituna sevillana, un 30% o 40% migre hacia variedades como la manzanilla, hojiblanca y la Kalamata, que es la tendencia del consumo mundial.
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Sevillana o criolla es por excelencia la variedad de aceituna más consumida en nuestro país y la más arraigada en la gastronomía peruana, con un consumo per cápita de 1kg al año (33 millones), aproximadamente, estima Yury Bermejo Sardón, gerente general de Fundo La Noria.
No obstante, en el exterior este tipo de aceituna no es de total aceptación a excepción de Brasil, Chile y Estados Unidos, que son mercados nostálgicos, comenta.
Esta situación -sumado al desequilibrio entre la oferta y la demanda, provocado por el crecimiento exponencial de las plantaciones- ha llevado a que los productores apuesten por nuevas variedades que se puedan vender en el exterior con un manejo ergonómico y tecnología adecuada, para que la cadena de producción en el olivo se reinvente, señala.
“Lo que planteamos es que del 100% del área direccionada a una variedad, que es la sevillana, entre un 30% y 40% se cambie y migre hacia variedades como la manzanilla, hojiblanca y la Kalamata (verde o negra oxidada) que son fáciles de deshuesar y rodajar y hacia donde apunta el consumo en el mundo. Esto a fin de mejorar las cifras de exportación en los destinos que ya presentes, conquistar nuevos países y equiparar la oferta con la demanda local”, detalla.
Pero eso no es todo, el recambio varietal también generaría mayor rentabilidad al agricultor, dice. “El productor paga US$ 35 centavos al agricultor por la variedad de aceituna criolla y entre US$ 50 y US$60 centavos por la variedad manzanilla”, indica.
POTENCIAL EXPORTADOR
La exportación de aceituna fluctúa entre los US$ 30 millones y US$ 40 millones al año y se divide en 35 países, solo Brasil concentra el 66%, seguido de Chile con un 6%, precisa el empresario.
Hoy, el Perú es el octavo proveedor de aceituna en el mundo; pero tiene el potencial de escalar y ser el primero en Sudamérica (lugar ocupado por Argentina), siempre y cuando se dé esta migración del cultivo y se invierta en nuevos sistemas de plantación que permitan mejorar el promedio de toneladas por hectárea para que esto sea negocio, asegura.
APUESTA DE FUNDO LA NORIA
Yuri Bermejo revela que en el caso de su presentada ya tienen instalada 110 hectáreas de aceituna manzanilla y hojiblanca, de las cuales 40 hectáreas están en producción (manzanilla) y 70 hectáreas en etapa de crecimiento.
“Consideramos que entre dos y tres años será para nosotros más fácil de penetrar otros mercados porque tendremos una variedad mucho más comercial, pero para ello se requiere trabajar de la mano con los agricultores, ayudándolos en su desarrollo tecnológico para que vayan acorde con la industria y se genere toda una cadena virtuosa”, indica.
Sostiene que con esta apuesta podrán comer una mayor tajada de la torta de mercados como Brasil, Estados Unidos e incluso España, que es el primer productor de aceituna en el mundo, y llegar a nuevos destinos. “Necesitamos diversificarnos. Perdemos mucho negocio por no estar encajados en lo que quiere el público”, anota.
Fundo La Noria, que empezó con una operación muy pequeña hace 10 años, tiene una capacidad de producción de 4.000 toneladas lo que ha requerido de mucha inversión. “Los españoles dicen que por kilo de aceituna bien tecnificada y en proceso se necesita US$ 1, y nosotros hemos pasado de medio millón de kilos a producir 4 millones de kilos”, afirma.
La meta para los próximos tres o cuatro años es duplicar su capacidad a 8.000 toneladas de producción anual y llegar a las 10.000 toneladas entre el 2027 y 2028, estima. Además, señala que para el 2021 prevén tener un total de 250 hectáreas.
De otro lado, acota que Fundo de La Noria -segundo exportador de aceitunas a granel del país- cuenta con una planta industrial de 1.700 m2 para el área de maquila y 6.000 m2 en el área de fermentación, con una capacidad productiva de 1.000 toneladas anuales que producen los mismos árboles del fundo y otras 3.000 toneladas que son adquiridas a los pequeños agricultores de Tacna.
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