“Un poco, sí. En el sentido de estar pidiendo una reunión, insistir, pedírsela al secretario general, a la secretaria, al jefe de Gabinete, a asesores… Llegaba a a las tres de la tarde y me encontraba con que el presidente ya no estaba... A veces esperaba hasta las seis y solo tenía diez minutos para hablar con él”, precisó.