Para muchos hinchas cremas, Jorge Nicolini fue el mejor presidente en la historia de la ‘U’. (USI)
Para muchos hinchas cremas, Jorge Nicolini fue el mejor presidente en la historia de la ‘U’. (USI)

Redacción PERÚ21

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Carlos Lara Porrasclara@peru21.com

"¿Dirigentes? Los de antes". Razón no falta para entender aquella frase futbolera que usan los veteranos hinchas, quienes añoran tiempos en los que algunos filántropos incursionaron en el fútbol para apoyar económicamente de manera desinteresada a sus respectivos clubes convirtiéndolos en cuadros protagonistas. Aquellos mecenas se extrañan hoy que campea la informalidad y en la que varios sujetos se disfrazan de dirigentes para sacar provecho o vivir de los equipos. Hoy que varios clubes están quebrados, recordamos a aquellos dirigentes que se desvivieron por sus equipos, sin pedir nada a cambio.

LUIS BANCHERO ROSSIHijo de inmigrantes italianos, Luis Banchero Rossi empezó a amasar su fortuna como vendedor de vinos, discos, alcohol, autos, entre otros negocios con lo que obtuvo un capital importante que le permitió incursionar en la pesca. Llegó a poseer 10 complejos pesqueros y más de 320 barcos. En 1970 incursionó en el fútbol, al aportar por el Defensor Lima, con lo que rompió el predominio de Universitario, Sporting Cristal y Alianza Lima, y conformó un poderoso equipo con jugadores de la talla de los argentinos Pedro Alexis Gonzales y Miguel Ángel Tojo, además de Roberto Challe, por quien pagó a Universitario dos millones de soles por su pase.

El asesinato de Banchero Rossi, en 1972, no frenó su proyecto con el equipo de los 'Carasucias', ya que su hermano Gianni continuó al frente del manejo del club que en 1973, bajo la dirección del uruguayo Roque Gastón Máspoli, se coronó como campeón nacional. Quienes conocieron a Banchero Rossi lo recuerdan como un tipo campechano, querendón. "Dirigentes de esa talla hoy no existen, dio todo por Defensor Lima, sin nada a cambio. Recuerdo que por Navidad me regaló un autómovil Fiat. Hoy hay muchos dirigentes que viven hoy del fútbol", cuenta Roberto Challe.

ALBERTO LEVYHablar de Alberto Levy en el Callao es sagrado pues don Beto nunca escatimó esfuerzos para ayudar económicamente de manera desinteresada a su querido Sport Boys, gracias al respaldo financiero de la cadena de tiendas Hogar, de la que era propietario. Tenía gran admiración y cariño por Valeriano López, a quien le compró una casa en el Callao y le dio una pensión de gracia. La relación de Levy con la 'Misilera' empezó en 1988, como vicepresidente, en uno de los peores momentos cuando el club estaba en segunda y tras un primer año en vano, en 1989, se logró el retorno a primera. En la siguiente temporada don Beto apoyó para armar un gran plantel que fue subcampeón, con figuras como Jacinto Rodríguez, Marquinho, Carlos Paris y Claudio Adao. A mediados de los 90, en un momento crítico, Hogar fue sponsor del Boys, lo cual ayudó a solventar los gastos en las temporadas 1994 y 1995. Tras una penosa enfermedad, don Beto falleció en octubre del 2000.

JORGE NICOLINIMuchos hinchas cremas consideran a Jorge Nicolini como el mejor presidente en la historia de Universitario, ya que en los tres periodos que dirigió al club (1986-89, 1989-93 y 1993-95) logró cuatro títulos (1987, 1990, 1992 Y 1993). Empresario en la fabricación de fideos, que combinaba con su pasión de coleccionar autos antiguos, Nicolini ponía de su bolsillo para contratar jugadores. Por ejemplo, a Ronald Baroni le llegó pagarle por partido en el tramo final de la temporada 93, en la que la 'U' logró el bicampeonato. Al año siguiente se gestó el inicio de la crisis que hoy ahorca a los cremas, pues la familia del mecenas de la 'U' se opuso a que siga despilfarrando en algo que no tenía réditos y así empezaron los problemas: no había agua en el Lolo Fernández para los jugadores, se atrasaron los pagos, se dejó de tributar al fisco y se desarmó totalmente el equipo.

ISAAC GALSKYExitoso empresario de la pesca y presidente del Sindicato Pesquero (Sipesa), Isaac Galsky transformó al Ovación Sipesa en un club protagonista del fútbol peruano. En 1981 Sipesa decidió apoyar al modesto Club Ovación Miraflores, por lo que se cambió de nombre y 10 años después, tras escalar diferentes etapas en la Copa Perú, se coronó campeón Regional, lo que le permitió participar en el torneo zonal de 1992. Para afrontar dicha etapa se contrató como entrenador al brasileño José Carlos Amaral y algunos jugadores de experiencia como Roberto Arrelucea, los chilenos Parko Quiroz y Francisco Huertas, entre otros. Aquel equipo ganó la zonal norte y clasificó al nacional en que campeonó, lo que le valió el ascenso a primera y un cupo a la liguilla Pre Libertadores , en la que clasifica a la Copa Conmebol: dejó en el camino a Alianza Lima, Sport Boys, Melgar y Cienciano. En 1993 el club cambió de nombre por el de Deportivo Sipesa. Años después, en 1996, el Sindicato Pesquero dejó de apoyar económicamente al club que pasaría a llamarse Deportivo Pesquero. Curiosamente, en esa temporada, bajo la dirección de Roberto Challe, debutó Claudio Pizarro. El 2000, el club se mudaría a Huancayo y cambió su nombre por el de Deportivo wanka, que descendió el 2004.

ALBERTO ESPANTOSOLa tragedia del Focker fue un golpe duro que le costó mucho superar a Alianza Lima, porque toda una generación pereció en el mar de Ventanilla el 8 de diciembre de 1987, y esa fue una dura herencia que recibió Alberto Espantoso en 1990. Fue una época complicada del cuadro blanquiazul, ya que no había sponsors y la taquilla servía para paliar en algo la economía del club. Don Alberto no dudó en meterse la mano al bolsillo para apoyar a Alianza, gracias al respaldo económico de su compañía constructora. Y si bien no eran tiempos de bonanza, los jugadores y empleados estaban al día. Fue en su periodo en el que se forja la generación de los 'Potrillos' que tenía entre sus filas a Waldir Sáenz, Darío Muchotrigo, Juan Jayo, Marco Valencia, entre otros, quienes deslumbraron en 1993: fueron subcampeones. Un hermoso gesto de Espantoso fue el que tuvo con el 'Cholo' Castillo, a quien le regaló una casa en Surco, en agradecimiento por lo que hizo por Alianza. Quienes lo conocieron señalan que donde Alberto, muy a parte de los sueldos y premios, a veces otorgaba muy buenas propinas a los jugadores. Es más, dicen que luego que dejó la presidencia aliancista, varios jugadores pasaban por su oficina para pedirle un 'centro'.