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Luis García, exjugador del Liverpool: “Al día de hoy la gente sigue hablando de la final de Estambul”

Luis García, exjugador del Liverpool: “Al día de hoy la gente sigue hablando de la final de Estambul”

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Luis García, exjugador del Liverpool: “Al día de hoy la gente sigue hablando de la final de Estambul” (Javier Zapata)
Fecha Actualización
La Champions League nos ha dejado épicas batallas. Las memorias del torneo europeo están invadidas de gestas memorables, héroes del último minuto, genios de la estrategia o salvadores de los tres palos. Pero ahí, entre lo más alto y rozando lo real maravilloso, se encuentra la final 2004-2005. Esa que protagonizaron el Milan y Liverpool. Imborrable para el hincha del fútbol, tanto así que el tiempo le puso nombre propio: “El milagro de Estambul”.
La gesta se recuerda así: el 25 de mayo de 2005, Milán de Kaká, Pirlo, Shevchenko y compañía le estaba dando una paliza al Liverpool del Rafa Benítez. 3-0 y al descanso. Pero algo pasó en el entretiempo que hizo que los ingleses salieran nuevamente al campo decididos a escribir su nombre en la historia del fútbol. Primero Gerrard, luego Smicer y luego Xabi Alonso. Tres goles en siete minutos. Tres goles para obligar la definición por penales. El cuento tenía que salir redondo: el Liverpool salió campeón. Y ahí, entre los once guerreros, había un español que llevaba la 10. Luis García, un menudo volante que había llegado un año antes desde Barcelona sin saber que se graduaría de leyenda.
Han pasado 18 años de aquella final. Lucho ya no lleva el pelo largo como aquella noche en Estambul. Ahora luce un recortado impecable. Ha llegado al Perú como parte de un proyecto social que Scotiabank y la Fundación Barcelona vienen realizando en Iquitos. A un día de la final de la Champions League, teníamos que conversar con él. Hablar sobre ese milagro en Estambul.
La final de mañana será en Estambul, qué recuerdos...
Maravillosos recuerdos de esa segunda parte y de levantar la copa. Nos acompañará por siempre. Al día de hoy la gente sigue hablando de la final y espero que siga así. Fue emocionante, con un final feliz para nosotros, pero también para cualquier seguidor del fútbol, independientemente del Milan o del Liverpool.
¿Sueles ver las repeticiones?
Alguna vez me llega un video del partido. Sobre todo cuando se acercan las finales de Champions aparece algo, un gol, una jugada. Pero sí, me gusta mucho verlo.
¿Qué pasó en el entretiempo?
Se habla mucho de esos quince minutos, pero no hubo mucho. Siempre me ha gustado darle crédito al entrenador (Rafa Benítez) porque después de un 3-0 tú esperas que comience a dar patadas, a insultar a todo lo que se mueve y, por supuesto, a intentar volverse loco y decir ‘vamos a meter a cuatro delanteros a ver si conseguimos un gol’. Yo creo que Rafa nos dio la tranquilidad que necesitábamos, ubicó el equipo en la pizarra, nos dijo que haría un cambio. El cambio fue poner a Gerrard un poquito más arriba y Hamann en el medio para darle más solidez al mediocampo y más punche en la parte de arriba.
Y vino el milagro.
Lo más importante fue salir al segundo tiempo y pensar que no estábamos tan mal (a pesar de que era un 3-0 con el mejor Milan de la historia). La sensación fue esa y Rafa nos pasó esa tranquilidad y confianza. Eso hizo que una vez arrancada la segunda parte, intentásemos. En el primer gol fuimos afortunados de que Gerrard estuviese en la posición donde el míster le había dicho que estuviese. Y rápidamente vino el gol de Smicer que ni siquiera tenía que estar en el campo. Yo creo que se juntó todo.
Hablemos de Xavi. ¿En La Masia ya pintaba para entrenador?
Tuve la suerte de compartir vestuario con él desde los 16 años. Desde entonces daba signos por su pasión por el fútbol. Mientras nosotros jugábamos el fin de semana, él sabía de otras ligas, de otros jugadores, de otros equipos. De hecho, competíamos cuando viajábamos a ver quién sabía más jugadores o más equipos por abecedarios. Evidentemente siempre ganaba él. Siempre estaba consumiendo prensa deportiva, absorbiendo conocimiento.
Y en tu lista de compañeros también figura Ronaldinho.
Dentro del vestuario era alegría. Siempre con una sonrisa, siempre con un balón, siempre probando cosas diferentes. Nos poníamos uno frente al otro para ver quién hacía la locura más estúpida con el balón. Disfrutaba mucho esos momentos porque no solo era en los partidos, sino también en el entrenamiento nos daba algo diferente. Siempre con esa sonrisa. Ahora es complicado ver un partido de fútbol donde los jugadores estén sonriendo mientras están jugando.
¿Se siguen viendo por la Fundación Barza?
Sí, he tenido la oportunidad de disfrutar de él dentro del campo. No ha cambiado en nada, sigue con esa sonrisa. Sigue maravillando a los espectadores, sigue llenando estadios. Hoy en día, que le metemos mucha presión a los chicos para que compitan, el poder disfrutar de un jugador que se representa con alegría es muy bonito.
Acabas de estar en Iquitos.
Sí, hemos disfrutado de una experiencia maravillosa, hemos intentado aportar nuestro granito de arena y ver que los niños estén involucrados cada día más con los proyectos de Scotiabank, WorldVision y la Fundación.
Resulta importante que una figura tan mediática participe de estas acciones.
Tengo la suerte de estar varios años ayudando. Con la Fundación Barcelona hemos estado en muchos países siempre colaborando y poniendo nuestra semillita allá a donde vamos. Sabemos que en el mundo hay mucha desigualdad, que se necesita mucha ayuda. En nuestra mano está el intentar e ir sembrando allá a donde vamos. Es importante que todo el mundo lo vea.
¿Cuál es tu próximo destino?
Viajo a Estambul.

AUTOFICHA
“Soy Luis García Sanz. Me formé en las categorías inferiores del Barcelona y jugué en el primer equipo (2003-2004) , comandado por Frank Rijkaard. Posteriormente pasé al Liverpool donde ganamos la Champions League. Actualmente formo parte de Barça Legends”.
“En La Masia aprendí sobre el trabajo en equipo, la humildad, la ambición. Ahora, con la Fundación Barcelona, intentamos que los jóvenes sepan que mediante esos valores pueden ser capaces de lidiar con un mundo tan complicado como el que tenemos alrededor”.
“He pasado tres días en Loreto visitando el proyecto que la Fundación Barcelona y Scotiabank desarrollan en Iquitos conjuntamente con World Vision Perú. Se trata del programa “Inclusión Educativa para la vida”, en el distrito de Punchana, donde se han visto beneficiados más de 3 mil niños”.
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