Suecia 58. Con Zagallo, la selección de Brasil innovó tácticamente al usar el 4-3-3.
Suecia 58. Con Zagallo, la selección de Brasil innovó tácticamente al usar el 4-3-3.

Mientras se jugaba la final de la de 1950 dentro del gramado del Maracaná, en las tribunas, un joven veía el vibrante duelo con más ganas de entrar al campo que de custodiar el orden.

Para ese partido, el militar Mário Jorge Lobo Zagallo también había sido convocado, pero, en vez del comando técnico, lo llamó el Ejército; en vez de camiseta y short, vestía camisa y pantalón; y, en vez de botines, usaba zapatos de charol.

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“Ese día, yo estaba de verde oliva (uniformado) en el estadio, sirviendo, con vara y todo. Y vi los minutos del encuentro de pie”, relató hace algunos años el expolicía militar para el reconocido periódico Folha de São Paulo.

Así como los casi 200 mil torçedores no se imaginaban que ese día iban a perder el campeonato, el recluta tampoco sabía que, en ocho años, iba a ser él quien marcaría el cuarto gol de su patria para ganar su primer mundial.

De vuelta a ese año, el ‘50, el novel soldado cumplía con su servicio militar, pero -al mismo tiempo- ya destacaba en las menores del América, soñando con -algún día- recuperar la moral de su abatido país no con armas, sino con una pelota y grandes jugadas.

“Yo estoy totalmente seguro de que no doy mala suerte, pero, mientras veía a Brasil jugar en el Maracaná en 1950, ¡jamás hubiese pensado que luego yo sería campeón del mundo por primera vez!”, confesó en un reportaje de 2010.

En esa misma línea y en una clara muestra de resiliencia, el militar Mário Jorge Lobo Zagallo reconoció que “el resultado (1-2 a favor de Uruguay) no me desmotivó; todo lo contrario, me dio fuerzas para seguir luchando”. Y siguió luchando.

Tras el Maracanazo, la selección de Brasil vetó su -hasta ese entonces- tradicional uniforme blanco y azul. Un cambio radical, como el del ahora exmilitar que nunca más vistió camisa, pantalón y zapatos. Así nació el Lobo Zagallo.

En el ‘52, debutó con el Flamengo y, al año siguiente, campeonó. Los grandes rendimientos fueron creciendo y rápidamente se generó el consenso: “¡Debe ser llamado a la selección!”, pero no fue hasta el ‘58 que su oportunidad llegó.


El tetra de Zagallo

O velho Lobo (el viejo Lobo), como era conocido por todos, debutó en la Copa del Mundo de 1958 y lo hizo de gran modo. Cuestionado al inicio, liberó de las bandas a nada más ni nada menos que Pelé, permitiéndole ser la estrella que fue.

Wing, extremo o punta, como quieran, Zagallo se comía la banda izquierda. ¡Era un adelantado a su época! Retrocedía, marcaba, recuperaba la bola y, aun así, le alcanzaba la respiración para llegar a todo vapor. Su omnipresencia era su mayor don.

Zagallo llora tras ganar su primer Mundial.
Zagallo llora tras ganar su primer Mundial.

En Chile 62, el exsoldado marcaría el primer gol de la verdeamarela en el campeonato y sería titular en todos los partidos hasta sumar su segundo trofeo Jules Rimet. Tras ganar la final, su foto llorando fue portada mundial. El “Lobo Zagallo es puro corazón”.

Cracks. Desde la izquierda, Garrincha, Didi, Pelé, Vavá y Zagallo en Chile 62.
Cracks. Desde la izquierda, Garrincha, Didi, Pelé, Vavá y Zagallo en Chile 62.

Tres años después, el puntero por izquierda se retiraría del fútbol, pero no por mucho, ya que, para México 70, volvería. Ahora como técnico, siempre recto, el exmilitar diría una de sus frases más célebres: “Ahora tendrán que aguantarme”.

Como si de un cuartel se tratase, Mario Jorge se paró en frente del plantel y, con palabras fuertes, pero motivadoras, llevó a Brasil al tricampeonato luego de una sequía de ocho años. O velho Lobo volvió a las raíces y eternizó a Pelé.

Desde esa hazaña, pasaron 24 años sin ningún título en una Copa del Mundo, algo a lo que se había acostumbrado el Brasil de Pelé y de Zagallo. Con el rey fuera de escena, el ahora extécnico volvería a ser llamado, esta vez para apoyar a Carlos Parreira.

Zagallo también campeonó como DT en el ‘70 y como asistente en el ‘94 (Foto: AFP).
Zagallo también campeonó como DT en el ‘70 y como asistente en el ‘94 (Foto: AFP).

Ahora como asistente, pero con la experiencia de un viejo lobo, el tricampeón volvió a los entrenamientos y al banco para trasladarles todos sus consejos a los Romario, Bebeto, Branco, Taffarel y hasta a un jovencísimo Ronaldo.

La selección de Brasil venció a la de Italia por penales y sumó cuatro mundiales, pero nadie se olvidó de Mario Jorge Lobo Zagallo, quien también se convirtió en tetracampeón del mundo, el primero (y el único) en lograrlo.

A los 71 años, el exsoldado vio al Brasil de los Ronaldinho, Ronaldo, Rivaldo, Cafú y Roberto Carlos lograr el pentacampeonato, del cual él también fue parte como brasileño, pero a lo lejos.


El adiós de Zagallo

A los 92 años de gloriosa existencia, O velho Lobo volvió a reunirse con el rey Pelé en el reino de los cielos. Desde allá seguirá dirigiendo el camino de todos los verdeamarelos en búsqueda del tan ansiado ‘hexa’ porque, como dijo Gianni Infantino, presidente de la FIFA, “no hay forma de contar la historia de los mundiales sin hablar de Mário Jorge Lobo Zagallo”.

Por lo pronto, en Brasil, el presidente Lula ya decretó tres días de luto nacional por el sensible fallecimiento del ídolo y leyenda mundial. Ahora, el soldado que más amó a su patria descansa en paz.


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