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Willy del Pozo: “No se puede dejar de celebrar la Feria del Libro de Lima”
Willy del Pozo es presidente de la Cámara Peruana del Libro y fundador de Ediciones Altazor.
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Los casi 10 años que vivió en España volvieron con él al Perú. Los casi 10 años se resumen en mil discos vinilos y unos 5 mil libros. Willy del Pozo volvió con ellos a mediados de la década del 90. Las maletas estaban llenas no solo por lo vivido durante su estancia en Cádiz; en ellas traía sus sueños por impulsar la literatura en Ayacucho, donde nació.
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“¿Quién ha muerto ahora?”, era el comentario de cada día en Huamanga. Su padre era un empresario exitoso y su madre profesora. Fueron asediados por el naciente terrorismo del año 83 y no les quedó otra alternativa que migrar a Lima. Pero el temor los siguió. Toda la familia dormía en la habitación más alejada de la puerta, porque a su madre le advirtieron que iban a dinamitar la casa. Inevitablemente, la migración continuó, esta vez a España.
No iba a regresar al Perú. Ya tenía una oferta laboral que lo esperaba a la vuelta de la esquina, cuando acabe la universidad. La presentación de un libro de poemas de su autoría lo obligó a retornar. “Descubrí que en Ayacucho había mucho por hacer en literatura”, recuerda. Convencido de ello, partió a España, acabó su carrera y volvió a Huamanga. “Y edité con Altazor a toditos los escritores ayacuchanos de esa época”, agrega. Creó su propia revolución, del campo a la ciudad. Tras la gesta en Ayacucho, partió a Áncash, La Libertad y a otros territorios, para finalmente afincarse en Lima.
Hoy Willy del Pozo es el nuevo presidente de la Cámara Peruana del Libro. Le toca enfrentar otra adversidad: la crisis generada por la pandemia en el sector editorial. En esta entrevista, adelanta cómo lo hará.
- Entonces, está confirmado que la Feria del Libro será virtual.
No se puede cancelar, no se puede dejar de celebrar este gran acontecimiento cultural. Entonces, la alternativa sería juntar a los expositores por un lado y las actividades culturales, por otro. Estamos trabajando para definir la programación. Se va a poder acceder a las ofertas, adquirir libros, ver las presentaciones de libros . Además, se podrá tener acceso a un programa cultural, como las conferencias. Seguro se desarrollarán hasta dos actividades en paralelo. La Feria del Libro de Bogotá también se realizará virtualmente. Será un reto para llegar, incluso, a un público mucho más amplio.
- ¿Mantendrán las fechas y el país invitado seguirá siendo Portugal?
Estamos a la espera de la respuesta de Lisboa, que quizá llegue esta semana.
- Dada la virtualidad, ¿será posible contar con un invitado internacional de primer orden, alguien que en condiciones normales sería complicado tener?
Claro, el expectro se abre más. Estamos llamando a todas las embajadas para ver en qué medida podamos contar con la presencia de otras figuras que, como dices tú, no estaban inicialmente. Tenemos que sacarle el mejor provecho a todas las herramientas del escenario actual. Y estamos apuntando a que las fechas sean las mismas.
- ¿Se pagará entrada para esta FIL 2020?
Estamos en el proceso de evaluación de costos. No podemos estimar aún si será gratuito o tendrá un costo. Esta semana ya tendremos otro avance en cada una de las líneas de acción. Además, con esta experiencia nace un modelo alternativo que podamos usar más adelante. Capaz para llegar a provincias.
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- ¿Cuánto afecta al sector editorial esta crisis?
Está siendo bien golpeado. La situación es crítica. En España se estima una caída del 50% en el sector de libros. Imagínate cómo será en nuestro caso. Entonces, esperemos que las ayudas que está planteando el Gobierno también sean para nuestro sector. El acceso a la cultura, a la lectura es un derecho ciudadano. Es vital que se dé con todas sus prerrogativas la Ley del Libro. Hasta ahora solo tenemos un decreto de emergencia. El dinero está, y hay que activarlo ya.
- ¿Qué otras acciones se deben tomar?
Darnos la primera línea para que podamos salir a trabajar, a través de las librerías en un primer inicio. Que podamos movernos a través del delivery. El libro es un objeto básico dentro de la familia.
- Sin embargo, uno lee comentarios en esta dirección: “los libros no son de primera necesidad”, “solo es para distraerse”, “no son importantes”. ¿Qué responder?
Un país que busca el desarrollo tiene que hacerlo a través la educación y la cultura. Que no respeten las decisiones del Gobierno, que salgan a las calles, que se enfrenten a la policía, que realicen actos insólitos y que aparezcan esos comentarios que me dices son producto de esta sociedad que no ha crecido con un índice de cultura.
- Te formaste en España y tu futuro estaba escrito allá. ¿Porqué volviste?
Pesó más lo emocional y mi pasión por la literatura. Todas las emociones que uno pueda buscar, las encuentras en la literatura, la riqueza está ahí.
- ¿Es cierto que tuviste que vender tu camioneta para publicar libros?
Lo vendí para publicar una colección de libros, para sacar a adelante la biblioteca ayacuchana. Fueron 49 mil libros, de 14 autores y 6 antologías. Cumplía el objetivo por el cual dejé España.
- Se esperaría, entonces, que desde tu gestión la literatura más allá de Lima sea una de las prioridades.
Dentro de nuestro programa de trabajo estaba contemplada la presencia de la Cámara Peruana del Libro en varias regiones. Ya tenía conversaciones con Cajamarca, Piura, Huancayo, Ica, Juliaca. Sería bueno trabajar en una primera etapa con tres o cuatro ferias, y luego ocho ferias.
- En una entrevista de 2019, señalaste que “al Perú solo lo salva la lectura”. ¿Lo reiteras?
La lectura es fuente de aprendizaje, fuente de cambio en los hábitos. El alimento del conocimiento es tan importante como el alimento para el cuerpo.
AUTOFICHA:
- “Soy José Wilfredo del Pozo Alarcón, pero en el mundo literario me conocen como Willy del Pozo. El día 2 de abril cumplí 50 años. Nací en Huamanga, en 1970. Empecé estudiando Ingeniería Industrial en la U. de Lima, pero en el quinto ciclo lo dejé para ir a España”.
- “En España estudié Ciencias Económicas. Y fue allá donde se fortaleció mi pasión por el libro. Fui un asiduo lector, sobre todo, de la biblioteca municipal en Cádiz; me podía llevar el libro a mi casa por una semana, el libro que yo quisiera. Y ahí me convertí, y gratis”.
- “Hubo tres libros que ayudaron en mi conversión: Así hablaba Zaratustra de Friedrich Nietzsche; La vida está en otra parte de Milan Kundera, luego de lo cual leí su obra completa; y la obra de Alberto Vásquez Figueroa, un periodista de amplia producción. Este año mi editorial Altazor cumple 25 años”.
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