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Rossana Fernández Maldonado: “Dentro de mi fragilidad he superado cosas duras y aquí estoy”
Actúa desde los 3 años, pero también quiso ser profesora de educación inicial. Hoy es parte de ‘Reinas sin corona’, que ya está en los cines a nivel nacional, thriller y suspenso basados en los casos de feminicidio en el país. Perú21 entrevistó a Rossana Fernández Maldonado.
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Rossana hace comerciales de televisión desde los 3 años de edad. Aún recuerda el que hizo para Inca Kola, a los 4 o 5 años. Su madre lo tiene grabado y lo ven de vez en cuando. Ella sale ante cámaras tomando del pico de una botella de un litro. No había miedo, casi era un juego. Grabó todo el día. Podía repetir una toma 80 veces y no se quejaba. “Se notaba que te gustaba”, le cuenta su madre, que también hacía comerciales.
“Puedo decir que todos los años, desde que empecé, he trabajado”, me dice Rossana Fernández Maldonado, actriz de 45 años que forma parte del nuevo filme Reinas sin corona, que ya está en los cines a nivel nacional. Thriller y suspenso basados en los múltiples casos de feminicidio en el país, producido por Sinargollas y dirigido por Gino Tassara.
Ya alista un nuevo lanzamiento musical, luego hará teatro y otra vez cine. También prepara contenido para su canal de YouTube. Y ha vuelto a la universidad para terminar los estudios que interrumpió por el fragor de la actuación, hace dos décadas. Siempre quiso ser actriz, pero tenía dudas y abrazó la Educación Inicial. “Soy terca y no me gusta dejar las cosas inconclusas”, me dice desde un café y sonríe. Es miércoles, Día Internacional de la Mujer.
-¿Cómo recibes los 8 de marzo?
Tal vez hace unos diez años nadie hablaba del Día de la Mujer y pasaba un poco desapercibido; últimamente, me llegan saludos; a pesar de que no es una celebración sino una conmemoración, igual creo que es bonito tener un día y sobre todo hablar del tema. Yo hablo con mis hijas de esto, cómo era la vida de las mujeres antes y es una buena oportunidad para vernos y examinarnos, qué podemos hacer para cambiar, mejorar, aportar.
-Que ahora se hable del tema es una buena señal.
Sí, se está generando conciencia a pesar de que las cifras de feminicidio son alarmantes. Pero es algo que se habla, y que se habla en el colegio.
-¿Tus hijas qué te dicen?
No me pueden creer algunas cosas. Me dicen: “¡¿Qué, las niñas no iban al colegio?!”. Les sorprende... Sí está habiendo un cambio, pero no es tan evidente en las cifras; hay que atacar la raíz: la educación, los niños.
-¿Ser mujer ha sido un tema para ti?
No. En mi carrera hay otras cosas bastante complicadas porque es inestable. Sí existe bastante competencia a nivel físico; estamos ligados a ciertos estándares.
-Te debe de haber etiquetado como la bonita.
En las novelas se siente un poco más, porque hay personajes más cliché.
-¿Te ha tocado vivir algo de lo que le pasó a tu personaje en Reinas sin corona?
En la película soy Luciana, que tiene una familia aparentemente feliz, vive en La Punta. A medida que avanza la historia, esta familia feliz tiene un problema y se le descuadra la vida totalmente por algo inesperado, y ella decide hablar. Me gusta estar en esta película con un mensaje importante. Pero no he vivido cosas tan fuertes. Sí he tenido problemas en mi matrimonio; de hecho, estoy divorciada. No he sufrido algún tipo de abuso y me siento afortunada por eso, porque miras al costado y hay un montón de historias de abuso, no solo físico sino también psicológico.
-Es importante subrayar lo que me dices: “Soy divorciada, ya me separé”, porque me parece que aún está instalado esto de que ‘no nos podemos separar’, ‘por nuestros hijos’.
Ahorita veo dos extremos: estas parejas que se casan y que al año se divorcian, que tiraron la toalla por nada; y veo el otro extremo, tal vez en gente más grande, que se ‘bancaron’ un matrimonio duro, difícil, de 30 años y dicen: “Pucha, me hubiera divorciado, no soy feliz”. El matrimonio es importante, serio, la familia es vital para la sociedad y hay que tomar el matrimonio de manera responsable. Lúchala, pero no permanezcas en una relación que no hace felices a ambos, que no colabora con el crecimiento de ambos, que no hace feliz a la familia como tal. Con el papá de mis hijas tenemos una buena relación y les decimos: “A cada uno por su lado nos va mejor; ustedes tienen a sus dos papás presentes”.
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-La primera vez que te entrevisté me dijiste que eras frágil y sensible. ¿Eso te ha jugado en contra?
Me sirve para ser buena actriz, creo (risas). Me he permitido ser frágil, he vivido momentos duros y me he tenido que exigir para sacar fortaleza y salir adelante. Eso también deberíamos poner sobre el tapete: todo el mundo dice la mujer empoderada, la mujer fuerte, la mujer que sale adelante sola, pero también llora, la pasa mal, también sufre. Creo que el empoderamiento debe venir desde otro punto de vista: Yo me reconozco, sé mis debilidades y fortalezas, y con lo que tengo me armaré de valor y saldré adelante; sin necesidad de negar esa fragilidad que tenemos muchas mujeres, y aportar desde lo que somos, porque no somos iguales. Dentro de mi fragilidad he superado cosas duras y aquí estoy.
-¿Qué te apena y qué te vuelve una fiera?
Desde el día que fui mamá, me involucré mucho con el tema de niños, crianza, educación inicial; estudio y veo muchas cosas de pediatras y neuropediatras. Me enfurece la injusticia, me parte el alma ver a niños que sufren. Es importante tratar a los niños con respeto, con amor, lo importante que es la primera infancia... Todo ese tema me vuelve muy frágil.
-¿Cómo resuelves el mal momento?
Reniego para adentro, me guardo mucho las cosas, no exploto ni grito. Busco mis espacios para meditar, rezar, estar en la naturaleza, disfrutar momentos con mis hijas. Eso me equilibra. Soy una mujer de mucha fe, rezamos en familia, me refugio un poco en la oración y también pienso: ¿Qué puedo hacer desde mi lado? O capaz el cambio podemos hacerlo a través de nuestros hijos, crear una generación más consciente, más respetuosa, más solidaria. Y también está mi labor de artista: ¿qué personajes quiero hacer?, ¿qué personajes acepto?, ¿a qué programas quiero ir y a qué programas no?
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-¿Qué poder tiene el cine?
El arte en general tiene poder. Ir al teatro, ir al museo, estar en contacto con la pintura y la danza como sociedad nos hace bien, porque nos genera emociones y a través de ellas podemos hablar de temas y, hablando, las cosas cambian. El arte debería estar más presente en los colegios y el Estado debería darle más importancia. El arte puede ser sanador.
-¿Qué te sana?
Cantar, escuchar música y la naturaleza. El mar me encanta.
-Volver a tu infancia en la playa.
Los primeros años de vida son vitales. Y sí, el mar me lleva un poquito a cuando yo era niña.
AUTOFICHA:
- “Soy Rossana Fernández Maldonado Nagaro. El apellido de mi mamá es italiano, pero hay Nagaro japonés. Soy la quinta generación desde que llegó mi familia de Italia. Tengo 45 años. Acabé el colegio y me metí a estudiar Educación Inicial”.
- “Llevé cursos de teatro. Tenía mi grupo, cantaba los fines de semana, comencé a hacer novelas y la carrera la puse en pausa. Siento una necesidad de hacer algo por los niños y lo hago, porque ahorita sacaré unos cuentos para niños con Unicef”.
- “Debo de haber hecho unas 10 novelas, ocho películas, algunas series. Pero puedo decir que todos los años, desde que empecé, he trabajado. Alisto contenido para YouTube, estamos haciendo recetas de cocina, crianza. Y la canción que estrenaré es un dúo con Marco Zunino”.
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