Jaime Pinto integró el equipo que renegoció la deuda externa peruana en los 90. Hoy recuerda aquel hito en su libro Cuando todo parecía perdido, y opina sobre los nuevos retos en el horizonte de la economía peruana.

La historia de la deuda externa ocurrió hace 30 años. ¿La reciente recesión le trae recuerdos?

Bueno, es que el Perú de hoy es completamente distinto. La economía peruana es casi el triple en tamaño que aquella. La deuda externa representaba un porcentaje elevado del Producto, gran parte de la cual se encontraba impaga frente a los acreedores. Perú se encontraba no solo aislado por la incapacidad de obtener financiamiento internacional y menos inversiones significativas. Los aranceles eran altísimos, un mecanismo de protección para la creación de industrias artificiales. Un tema importante que nos ha permitido estabilidad fue la nueva ley del Banco Central de Reserva, que asegura su autonomía e independencia del Gobierno. Se trataba de refundar el Estado, haciéndolo más eficiente y abierto al mundo. Hoy el Perú es un país integrado al mundo. Recuerdo que, cuando ingresé al MEF, un día llamé al Toronto Dominion Bank, que era agente de un crédito sindicado. Me dijeron ‘¿dónde es Perú?’. Luego de unos minutos, me dijeron ‘oiga Ud., su país nos debe un montón de dinero, no del préstamo, sino de las comisiones a los bancos agentes, que era una cifra ridículamente baja’. Perú no estaba en el mapa.

Ya no estamos en los 80, cuando el pago de la deuda externa era un tema de soberanía nacional.

Efectivamente, la deuda externa ya no es relevante en ningún sentido. El mundo está globalizado. Yo diría que la polarización se da en muchas partes, no solo en AL. Hay muchos cambios que vienen ocurriendo en el mundo. Esto se ha visto acelerado con la pandemia. El individuo está empoderado por las redes sociales y la posibilidad de opinar sobre todo. Las reformas de los 90 han demostrado que sirvieron para reducir la pobreza; nadie lo puede negar sin ser demagógico. El tema es que el Estado no funciona en el Perú y, bueno, el mecanismo de elección de nuestras autoridades tampoco.

Miguel Palomino, del IPE, usa la imagen de la rana en el agua hirviendo para advertir lo fácil que es recaer progresivamente en el populismo. ¿Estamos en esa situación y no nos damos cuenta?

Qué interesante que use la analogía de la rana. Después de ver ayer a dos autoridades de la Fiscalía de la Nación hablar en dos medios televisivos diferentes, cada uno defendiendo sus puntos de vista, yo pensaba: el agua está por hervir. Jamás imaginé que llegaríamos a eso. No hay duda que el Perú está en una encrucijada. La pregunta es cómo vamos a salir de ella. El poco crecimiento económico de este año va a generar pobreza y descontento.

Cada 50 años el Perú enfrenta la disyuntiva de un ‘default’, dice FOZ en el prefacio. ¿Seguimos esa tendencia?

Lo que sostiene FOZ es precisamente que esta vez parecería que no habrá default. La situación de deuda es manejable. ¿Sabía Ud. que, en plena pandemia, el FMI le dio al Banco Central de Reserva una línea de contingencia que no fue necesario utilizar? La ministra Alva hizo una emisión de deuda externa a los pocos meses de iniciada la pandemia y fue muy exitosa. Aun con la permanente crisis política, el Perú es hoy bien visto. Pero, claro, eso puede cambiar rápidamente. Por eso es que necesitamos tomar conciencia y reaccionar.

¿Los delitos del fujimorismo ‘contaminaron’ el éxito de las reformas económicas y la negociación de la deuda externa en la narrativa imperante?

Mire, yo trabajé en el MEF hasta 1997. No tengo duda de que la elección de 2000 fue contraria a la Constitución. Si el presidente Fujimori no hubiera intentado reelegirse nuevamente, hoy estaría dando conferencias en el mundo explicando el éxito de su gobierno, tanto en el campo económico como el de seguridad.

En las reflexiones finales sugiere que faltó reformar la gestión del Estado.

Como decía al comenzar la entrevista, la economía peruana casi se ha triplicado. Los proyectos mineros han generado enormes recursos fiscales que en gran medida se han transferido a las regiones. Pero el Estado se ha burocratizado, ha crecido el número de ministerios, se duplican y triplican procesos innecesarios. Tenemos regiones a las que se han transferido enormes cantidades de dinero y están llenas de corrupción. El gran problema del Perú hoy en día es la corrupción.

También dice que el endeudamiento de Petroperú se va a pagar tarde o temprano y de mala manera.

A mí me indigna el tema de la empresa Petroperú; yo lo vengo anunciando hace años. La deuda para construir esa refinería la van a pagar los jóvenes de hoy. Así comenzamos en los 80 con el endeudamiento de las empresas del Estado. El señor Campodónico es un defensor de este proyecto; claro, no es su dinero. Sería interesante si quienes defienden este proyecto pudieran poner su dinero o su AFP en él. A ver si lo mirarían con tanta ligereza.

Hacia el final hace una crítica a la regionalización. Es el statu quo que vemos hoy.

Es que no ha funcionado, sin lugar a dudas. Hay que re-centralizar ciertas funciones en tanto se van creando capacidades en las regiones. Por ejemplo, salud y educación deberían seguir siendo manejadas por un ministerio central.

AUTOFICHA

• Jaime Pinto Tabini (EE.UU., 1957) se graduó en Derecho por la PUCP y obtuvo el grado de magíster también en Derecho por la Universidad de Harvard. Integró el equipo negociador de la deuda externa peruana que reinsertó al Perú en la comunidad financiera internacional.

• Fue asesor legal principal del MEF, así como su representante ante el directorio del BID entre 2001 y 2007. Es miembro del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad George Washington, socio del Estudio Auler & Pinto Abogados y docente en Arizona University y la UPC.

• “Argentina nunca ha logrado abrir su economía como lo hizo Perú. Yo creo que lo que Milei quiere es abrir las puertas de un cuarto oscuro, ventilar, dejar que entre el sol en una economía dotada de todo para despegar. Como dice el chiste, el problema son los argentinos, los intereses sindicales, la gran corrupción de todos, los peronistas y políticos que viven del Estado, etc. Macri trató de hacerlo, pero de una manera tibia. Así no funciona la cosa”.