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Gustavo Bueno sobre aislamiento social por coronavirus: “Me da vergüenza la gente que repleta los supermercados”
Gustavo Bueno sobre aislamiento social por coronavirus: “Me da vergüenza la gente que repleta los supermercados”.
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Estudiante del colegio Guadalupe, a los 16 años leyó La ciudad y los perros, la emblemática novela de Mario Vargas Llosa. Lo impresionó mucho y, asegura, lo sigue haciendo. “Es un novelista inmenso”, remarca. A los 34 años, fue el teniente Gamboa en la adaptación al cine de aquella obra del Premio Nobel. En este 2020, se cumplen 35 años de haberse estrenado el filme dirigido por Francisco Lombardi. “Desde entonces, he pasado por todas las armas y grados”, añade entre risas el actor Gustavo Bueno.
Vive casi en el cine. Debajo de su departamento se encuentra una conocida sala limeña. En su hogar hay paredes cubiertas por anaqueles con películas y una infinidad de libros, desbordados, cifra a estas alturas incalculable. “Son una barbaridad de libros”, subraya. No hay mueble que los pueda contener. “A eso me dedico: leer y ver películas”, detalla al otro lado de la línea telefónica sobre estos días de aislamiento social. Solo hace un alto en las noches para encender la televisión y ver los noticieros durante dos horas. Y solo hace un alto para darnos esta entrevista.
¿Cómo vive la cuarentena por el coronavirus?
Es una situación que lamentamos todos. No puedo caminar por la calle y eso lo respeto, y tendremos que hacerlo durante el tiempo que dure. He sido runner, he corrido y ahora camino, pero nada de eso puedo hacer. Me parece irrespetuoso hacerlo.
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¿Y está tratando de hacer ejercicios en casa?
No, no, he roto todas las rutinas. Pero soy buen cocinero y me dedico a leer y a ver películas.
¿Vive solo?
Yo soy solo en mi casa, pero hablo todos los días con mi familia.
En esta crisis, ¿esa soledad es un aliado o, más bien, pesa?
Yo siempre me he acompañado muy bien a mí mismo. No soy un enemigo mío.
Pero, para algunos, la soledad puede ser una enemiga.
En mi caso nunca ha sido así. Soy amigo de mis exparejas, me escribo con ellas. He sido un buen amigo. Y hace tiempo que vivo solo y creo que me acompaño bien a mí mismo. Ya no somos jóvenes, no tenemos esa cosa de correr para acá o para allá. Aun así, creo que nadie de mi generación saldría a la calle, porque hemos soportado muchas cosas, como el cólera, que nos unió. Aunque ahora la crisis es mundial y eso nos preocupa a todos. Pero creo que el gobierno ha tenido una muy buena respuesta, mejor que la de los países vecinos y hasta europeos.
Vivimos como en una película de ciencia ficción.
Como Contagio, de Steven Soderbergh. O cuando Bill Gates dijo en TED que el principal problema para el mundo no sería una guerra, sino la aparición de un virus, y creo que acertó.
¿Es seguidor de las películas de ciencia ficción?
Las amo y amo todos los libros de ciencia ficción, desde niño. He leído de Julio Verne a Ray Bradbury.
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¿Imaginó que le iba a tocar vivir estas escenas?
Nunca. Siempre he leído novelas que iban al positivismo, incluso Bradbury en sus Crónicas marcianas. Aspiran a un mundo nuevo.
Sin embargo, Bradbury en Fahrenheit 451 es también pesimista.
Sí, pero sobre el comportamiento humano, no sobre el destino de la Tierra. El comportamiento humano se puede combatir. Pero Bradbury en su obra tenía mucha esperanza. Por eso la ciencia ficción ocupa un lugar tan importante en el mundo de hoy, algo que cuando yo era niño, no pasaba tanto.
¿Qué de positivo podemos sacar de esta crisis mundial por el coronavirus?
La reacción del gobierno. Pero me fastidia la gente que sale a la calle, repleta los supermercados pensando que eso no significa nada, eso me da un poco vergüenza. Fui a comprar leche y pan; yo tengo mi tienda abajo, pero me aventuré a ir a un supermercado para ver cómo iban las cosas, y me retiré casi de inmediato porque sentí vergüenza por mí mismo y por la gente que abarrotó el mercado.
¿Por qué nos comportamos así?
Por tontería o no se dan cuenta. Y está sucediendo en las clases más pudientes. Actúan por desesperación. En los supermercados son cientos. Cuando fui, dije: aquí no voy a entrar, no por miedo, sino por vergüenza, en un sitio donde la gente se comporta de esa manera.
Dejemos el presente. Hace 35 años se estrenó La ciudad y los perros. Un tiempo también complicado para el país.
Veníamos de los golpes de Estado y empezaba Sendero Luminoso. Y La ciudad y los perros fue la adaptación de una novela clásica, que Pancho Lombardi la hizo con notable éxito, de tal manera que es considerado entre los 15 clásicos grandes del cine de América Latina.
¿Fue un rodaje difícil?
El único inconveniente fue que no pudimos filmarla en el mismo colegio Leoncio Prado, que rechazaba toda posibilidad de que la película se pudiera rodar ahí. Tuvimos que adaptar Maranguita. Incluso, cuando estrenamos, según me contaron, los directores del colegio habían pedido boicotear la película, silbarla, tirar cosas, pero cuando los estudiantes la vieron, se divirtieron con la película y comprendieron que se acercaba a la realidad, incluso muchos se animaron a leer la novela.
Usted tenía unos 34 años. ¿Esa película le cambió la vida?
En muchos aspectos sí. Con el éxito que tuvo, empezamos a hacer más producciones. Con Pancho Lombardi organizamos una empresa para hacer telenovelas. Sacamos a varios actores jóvenes.
Y muchas personas todavía le piden que repita la frase: “No me mire cadete, ¿quiere que le regale una fotografía mía calato?”.
Todavía me lo piden. Y espero que ya no me lo pidan (risas).
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AUTOFICHA:
- “Soy Gustavo Bueno. Aunque mi nombre oficial es Miguel Ángel, pero no lo han usado en mi familia y no lo utiliza nadie. Me lo puso mi madre, pero mi abuela se opuso y me lo quitaron. Nací en Lima. Tengo 71 años. Estudié Derecho, pero no me gradué. Estudié en el TUC”.
- “Bien difícil saber cuántas películas y libros tengo. Deben ser unas 1,600 películas. Libros son una infinidad, están desbordados alrededor de la chimenea, ya no entran más. Si pueden, vean El apartamento, de Billy Wilder, con el actor que más admiro: Jack Lemmon”.
- “Soy hincha del Municipal. Una inmobiliaria maneja al club. Estamos esperando que nos habiliten el estadio en Villa El Salvador, para hacer una campaña mediana y luego mejorar para volver a ser el equipo competitivo que fuimos en los 50 y 60; ser el equipo más popular del Perú, que lo fuimos”.
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