Felipe Ortiz de Zevallos publica libro sobre
el historiador Jorge Basadre, su tío abuelo.
Felipe Ortiz de Zevallos publica libro sobre el historiador Jorge Basadre, su tío abuelo.

Empezó a leer desde niño porque pensaba que se iba a quedar ciego. El médico le pidió que no corriera, que no jugara, porque se podía golpear y dañar la vista. Él hizo caso y se dedicó a leer para aprender todo lo que sea posible antes de perder la visión. Entre aquellas lecturas estuvo los primeros tomos de Historia de la República del Perú, de , su tío abuelo.

Además de lector, ha sido ingeniero, periodista, educador, empresario, diplomático. Y acaba de publicar Jorge Basadre, de la colección Peruanos Power de la editorial Pichoncito. Un libro ilustrado para (y no tan niños), donde narra pasajes de la vida y obra del gran historiador peruano.

tiene 73 años. Al igual que de niño, no ve por un ojo y ve muy poco por el otro. ¿Qué le falta por hacer? Terminar de trabajar, a los 75. “De ahí me dedicaré al ocio puro”, anuncia. ¿Ya lo hizo todo? Adelanta que le falta escribir sus memorias.

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-En el libro narra que Basadre le dijo a usted: “tu abuela me enseñó a leer”. ¿Cómo fue aquel episodio?

Yo era niño, de 5 años, en alguna reunión familiar. Al despedirse me comentó ello y eso me dejó impactado.

-¿Por qué se lo dijo?

Por establecer algún tipo de relación de alguien mayor con un niño. Basadre nació en 1903 en la Tacna cautiva. Tacna en ese momento estaba ocupada por el gobierno chileno. Los colegios y los textos eran chilenos. Era un intento de convencer a la población tacneña de que mejor le iría con Chile que con el Perú. Entonces, en la casa de Basadre, sus hermanas mayores, una de ellas mi abuela, le enseñaron a leer para después ir a un colegio de maestras peruanas que funcionaba de una manera un tanto clandestina.

-¿Y por qué a partir de ese episodio se creó un vínculo con usted?

Nos veíamos familiarmente. Leí mucho de Basadre. Un día fue a cenar a mi casa y le comenté que ya había leído su Historia... y me sonrió de una manera en que no me creía. Así es que le dije que me hiciera cualquier pregunta sobre historia del Perú. No sé lo que me preguntó ni lo que respondí, pero se quedó bastante contento de lo que entonces sabía.

-¿A edad escolar usted ya había leído Historia de la República del Perú, la obra cumbre de Basadre?

Había leído la primera Historia de la República que es de dos tomos, porque él las va haciendo en el tiempo. Siempre tuve el temor de la ceguera, por eso leía. A Luis Alberto Sánchez lo miraba con un poco de temor de que iba a correr su suerte. Pero no fue algo degenerativo. Y me he mantenido razonablemente bien. A veces, cuando iba a los cumpleaños, en vez de estar jugando en el jardín, trataba de buscar alguna biblioteca en la casa para pasar la tarde leyendo.

-¿Le contó sobre cómo era vivir en la Tacna ocupada por Chile?

Tiene el libro Mi infancia en Tacna y cuenta esa vivencia, como haber visto desde el balcón de su casa que perseguían a periodistas peruanos por publicaciones no permitidas. Su padre muere cuando él tenía 9 años y a partir de ahí la familia se tiene que trasladar, por razones económicas, a Lima. Siempre decía que la razón por la cual había sido historiador era por haber vivido de niño en la Tacna cautiva y que el Perú era un ideal.

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-¿Cómo fue su relación con Basadre desde aquel episodio de niñez?

Especialmente en el momento de la fundación de Apoyo, en 1977, lo visitaba de vez en cuando y le comentaba de estas ideas que tenía. Lo veía, por lo menos, una vez al mes, que iba a conversar con él. Y bueno, lo convencí para que aceptara la invitación a dar la conferencia en CADE, en el 79, que era los 100 años de la guerra con Chile. Y él ya enfermo fue a dar esa conferencia. Me emocionó mucho él yendo en el avión; por el entusiasmo que tenía, repasaba las páginas de su discurso. Era alguien que tenía esta pasión por corregir y rumiar lo que escribía para estar seguro de que podía producir lo mejor posible. Él falleció en el 80, de 77 años. En ese momento tenía 76 y ya estaba con la enfermedad a cuestas.

-¿El Perú hoy es más problema que posibilidad?

Aunque él siempre mencionaba que algo especial del Perú es cómo tiene la capacidad de superar sus crisis, de hacer frente a los desafíos y encontrar una manera de superarlos. Su generación venía de la guerra, la república aristocrática que fracasó, los 10 años de Leguía que terminaron en una crisis. Pero su idea de historia era de una con futuro. En aquel discurso del 79 habla de que nuestro presente está cargado de pasado, pero también preñado de porvenir.

-¿Cómo lograr que el Perú sea una posibilidad?

Estamos en un periodo de tránsito. A veces la historia cuando uno la mira día por día termina abrumado por los acontecimientos, pero a veces uno tiene que tener una proyección un tanto histórica. Hay desarrollos que se pueden estar dando, como la recuperación de un sentido de ciudadanía en la juventud, la que eventualmente puede ser valiosa para el futuro.

-¿Es posible amar al Perú o es una utopía?

Somos uno de los pocos países en el mundo que nos remontamos por miles de años. Hay que ser conscientes de que países como Egipto, China, India y el Perú por miles de años han sobrevivido, lo que refleja que hay una especie de continuidad, que otros países no creo que tengan.

Jorge Basadre (Peruanos Power).
Jorge Basadre (Peruanos Power).

-¿Conociendo y leyendo a Basadre nace su amor por el Perú?

Conociéndolo y admirándolo, porque creo que fue un intelectual comprometido sin pertenecer a ningún grupo. Cuando él surge, también aparece Mariátegui y el partido socialista que devino en el comunismo y el Partido Aprista, y él se mantuvo siempre como un francotirador, pero muy comprometido con su país y con la enseñanza. Por ejemplo, el trabajo que hizo con la Biblioteca Nacional, cuando en el año 43 se quemó por un cortocircuito y tuvo que dedicarle varios años a su reconstrucción.

-¿En los 18 tomos de Historia de la república Basadre lo contó todo?

Contó todo lo que él creía que era importante para entenderlo. Alguna gente lo criticó después porque algunos actos más terribles los obvió. Creo que él quería proyectar una historia que sirviera para el futuro. Cuando termina su obra, la última frase fue: a pesar de todos los esfuerzos, una enorme tarea por hacer; a pesar de todas las realizaciones, una bella promesa aún no cumplida. Todavía vivimos una bella promesa no cumplida.

-¿Qué pensaría el historiador sobre cómo llegamos al bicentenario?

Con enorme preocupación. A los 100 años estábamos en un estado más optimista. Pero buscaría dentro de esta crisis los elementos que nos permitan proyecto un futuro mejor.

-¿Qué le preguntaría a Jorge Basadre?

(Se queda en silencio).

-Aló, ¿Felipe?

Una buena pregunta (ríe)... Le preguntaría que si en crisis como la que vivimos y como las que el Perú ha vivido, es posible vislumbrar tendencias que nos hagan ser tan optimistas como él lo fue.

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AUTOFICHA:

- “Mi nombre completo es Felipe Ortiz de Zevallos Madueño. Nací en Lima. Tengo 73 años. Acabé el colegio y estudié Ingeniería Industrial en la UNI. De ahí seguí la maestría en Administración y Economía. No soy un intelectual puro”.

- “Mis artículos periodísticos los he terminado reuniendo en tres publicaciones. La primera fue A mitad de camino. La segunda es Apuntes de madurez. Y la tercera es Ideas en retazos. También tengo un libro sobre la deuda pública peruana hecho en inglés”.

- “Estudié ingeniería porque era bueno en matemáticas. Soy alguien con un sentido práctico de las cosas. ¿Qué significa ser un peruano power? Capaz los de Pichoncito, la editorial, tienen la respuesta. Pero para mí sería alguien de quien, de alguna manera, se puede aprender o recoger una imagen positiva del Perú”.

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