Cosas del fútbol, de los cambios tecnológicos y de esta alegría que nos dejó la bicolor, esta alegría que no se va. El investigador Hugo Ñopo grita hoy los goles más en que frente a la tele, y es posible que sus hijas lo agradezcan. Papá hacía mucha bulla. Ahora la bulla la hace en la red social, pero esa es otra historia.

El coautor de La fórmula del gol. Secretos numéricos del deporte rey (Editorial Aguilar) dice que lo ocurrido en Rusia es una victoria. “Volver con un triunfo es importante, es un quiebre en la historia. En los mundiales previos volvimos goleados, perdiendo”.

Reconoce que el fútbol es una pasión que lo habita desde pequeño, pero no siempre uno nace como Advíncula, Guerrero o Carrillo: “No soy tan virtuoso con el balón. Siempre he visto el fútbol de esta manera: nerd”. Imaginen la escena: la tele, la computadora, un programa, una explosión de hincha, un dato numérico, Twitter, retuits… Gol, gol, gol.

Es una victoria. Los seres humanos, sabes, recordamos los picos emocionales y los finales. Volver con un triunfo es importante, es un quiebre en la historia. En los mundiales previos regresamos goleados, perdiendo. Retornar con un 2-0 importa mucho. Lo que ha pasado importa para la moral ya no solo del equipo… Cambia lo que significa el ecosistema futbolero.

Yo espero que esto no sea solo una temporada, quiero que se vea esto como parte de un proceso más grande, y que sea un punto de quiebre generacional, que tengamos un gran desempeño en la Copa América, las próximas Eliminatorias, y el Mundial de Qatar. Ojalá en esto y otros eventos se vea una consolidación de este nuevo Perú.

Soy un hincha racional. Veo el fútbol en televisión. En el estadio, uno no puede ver las repeticiones y analizarlo desde una computadora. Yo veo muchos (partidos) con estadísticas.

Soy un matemático y me gano la vida haciendo análisis. Utilizo los datos y las estadísticas para esto (el fútbol), que es una pasión.

Desde pequeño amo el fútbol, pero yo siempre fui un nerd. No soy tan virtuoso con el balón. Siempre he visto el fútbol de esta manera: nerd. Soy más útil analizando que jugando.

Argentina 1978 fue mi primer mundial. Tenía ocho años y lo miraba con mi papá. Era una fiesta.

Cuando Perú no estaba, sentí mucha pena.

Desde España 82 para adelante, yo siempre estuve viajando por el mundo. En ese tiempo, he vivido en varias partes y, entonces, eso disipaba parte de mi pena. De 36 años sin un mundial, yo —por lo menos— estuve la mitad y trataba de hacer otras cosas.

He pasado por ese periodo largo que era impensable. Inclusive en esta temporada. La primera mitad fue muy baja y cualquier persona te decía “otra vez nos quedaremos sin mundial”.

Yo empecé a creer desde Quito (Perú ganó 2-0 a Ecuador) y hay otros que dicen desde antes. Yo vi ese partido y dije: “Esto es posible”. Tuvimos suerte, pero como bien dice Picasso: “La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”. Con la selección peruana, creo que pasó algo similar sobre una base sólida. También la diosa fortuna nos acompañó.

Hoy diría que hay un equipo. Ellos pueden jugar y hay diversas variantes. Dicho esto, es necesario preservarlos, mantenerlos enfocados y que no caigan en tentaciones o indisciplinas. Es importante que se mantenga un ecosistema favorable y, en ese punto, la sociedad y la prensa son importantes.

Recordemos que también para el desempeño hay que saber concretar y tener esa cuota de suerte. Respecto a concretar se notó.

Yo espero un cambio real. Y tendría que ser así porque en múltiples indicadores hay una transformación. Veinte años atrás éramos un país donde la mitad de la población era pobre; veinte años atrás teníamos un ingreso per cápita que es más o menos la mitad de lo que hoy tenemos. Económica y financieramente hemos progresado. Los índices de nutrición y escolaridad han mejorado, tenemos rezagados, claro.

Si queremos ser un mejor país, debemos continuar transformando nuestros indicadores a mediano plazo. Para tener una narrativa de un mejor país, también hay que saber ganar.