No es de mi interés hacer un recuento publicitario de novedades literarias publicadas el año pasado. Este es, más bien, un recuento de libros que leí en el año 2022. Ninguno de ellos es una publicación reciente y, en algunos casos, se trata de una relectura.

La historia del cerco de Lisboa, José Saramago (1989)

Es uno de los libros menos conocidos del autor. El premio Nobel 1998 nos envuelve con la historia de Raimundo Silva, un revisor de pruebas de una editorial que decide cambiar de forma adrede la edición de un libro de historia acerca del cerco de Lisboa. Silva introduce un “no” en referencia al hecho de que los cruzados ayudaron a los portugueses a liberar la ciudad de los moros. Este “no”, además de ser un acto de rebeldía, introduce al lector a conocer la historia del cerco de Lisboa partiendo de ese hecho falso ¿Qué hubiera pasado si los cruzados no hubieran ayudado a los portugueses a liberar Lisboa? Saramago, con excelente destreza, nos muestra lo fácil que puede ser manipular la historia y nos invita a reflexionar sobre la veracidad de lo que conocemos.

La Trilogía de Nueva York, Paul Auster (1987)

He tenido la oportunidad de leer este libro en su idioma original. Ha sido un verdadero placer adentrarse en las tramas que componen esta trilogía situada en Nueva York. Este libro está compuesto por tres novelas: Ciudad de cristal, Fantasmas y La habitación cerrada. Auster, con su maestría característica, compone un artefacto literario que se escapa de la novela policial y de la novela negra. Incluso, el autor introduce reflexiones literarias sobre El Quijote y otras obras literarias. No debe de sorprendernos que esta corta trilogía haya lanzado a Auster a la fama.

El viejo y el mar, Ernest Hemingway (1952)

Se trata de una relectura, este libro es para mí lo que Fernando Iwasaki llama “libro fetiche”. El viejo y el mar es una novela (si es que podemos clasificarla así) que siempre vuelvo a leer cuando se asoma un gran cambio en mi vida. Al conocer que me mudaría a Oklahoma para estudiar una maestría en literatura hispánica, volví a leer este libro fetiche. En la simpleza sus frases se puede encontrar el significado de la amistad, el tiempo y la soledad. La sabiduría de Hemingway se encuentra plasmada en oraciones limpias, desnudas y sin adornos.

Ernest Hemingway escribió ‘El viejo y el mar’
Ernest Hemingway escribió ‘El viejo y el mar’

Todos los cuentos, Raymond Carver (2016)

Leer a Carver, cuando estaba ya acomodado en los Estados Unidos, fue descubrir el lado oculto de la sociedad norteamericana. Sus cuentos son limpios, sin decoraciones, sin juegos y sin laberintos. Sus cuentos son crudos y no tienen ningún personaje llamativo. Estos deslumbran, más bien, por su cotidianidad. Alcoholismo, drogas y excesos, Carver demuestra que en sus cuentos no hay nada que sobre. Tuve la suerte de leer este libro en la edición de Anagrama del año 2016 que incluye ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, De qué hablamos cuando hablamos de amor, Catedral, Tres rosas amarillas y Si me necesitas, llámame.

Los dichos de Luder, Julio Ramón Ribeyro (1989)

Terminé el año con la relectura de este libro de formato raro. Está compuesto por las frases sueltas de Luder, el alter ego del autor. Luder deslumbra con su capacidad para hacer filosofía de la vida cotidiana. Ribeyro aprovecha el artefacto literario para responder a las críticas personales, como la que le hizo Miguel Gutiérrez. Curioso es que este tipo de formato, cual Prosas apátridas y La tentación del fracaso, no tenga mayor fecundidad en nuestra literatura nacional, tan repleta de editores dóciles, livianos y distraídos.