"Tiene lógica que Perú Libre y otros grupos que buscan ese escenario sostengan impunidad y repartijas, pero irracional que los grupos que no lo desean se presten al descrédito de defender lo indefendible".  (Foto: Congreso)
"Tiene lógica que Perú Libre y otros grupos que buscan ese escenario sostengan impunidad y repartijas, pero irracional que los grupos que no lo desean se presten al descrédito de defender lo indefendible". (Foto: Congreso)

El descaro del Congreso respecto de cómo actúan sus miembros y a quién ponen en cargos claves, desde la presidencia de la Mesa Directiva a dirigir comisiones claves, favorece el ánimo “que se vayan todos”, preparatorio a lo que llaman “momento constituyente”. Mientras más harta esté la mayoría de la población de tanto escándalo, más fácil es venderle el sebo de culebra de que se necesita refundarlo todo a través de una asamblea confundegente, camino largo e incierto, como demuestra el caso chileno, que nos empobrecería aún más, pero mientras más escándalos y arbitrariedad se toleren, más nos acercaremos a ese abismo. Y está en curso el ataque a la Junta Nacional de Justicia y sabe Dios qué vendrá después.

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Tiene lógica que Perú Libre y otros grupos que buscan ese escenario sostengan impunidad y repartijas, pero irracional que los grupos que no lo desean se presten al descrédito de defender lo indefendible. Imaginar la explicación que le puede estar dando su líder a la congresista Lady Camones es como para generar contusión más que confusión.

En términos de hartazgo popular, este año va a ser malo, pero el próximo peor, aún si las cifras económicas tienen efecto rebote. El escenario más probable es que el fenómeno de El Niño no sea bien manejado, y la pobreza ya aumentó producto del casi nulo crecimiento económico. Las cifras de ejecución señaladas por la Contraloría, aún si no consideran obra física en construcción que se va a pagar después, lo anuncian. Además, enfrentar bien un fenómeno así es un reto enorme. En momentos álgidos, la atención de la gente se concentra en lo que falló, no en lo que se hizo bien. Las empresas de servicios lo viven día a día: la gente solo se acuerda de cuando se pierde la maleta o falla el Internet.

Encima, el Gobierno, en su búsqueda de patear hacia adelante la pelota, ha planteado celebrar el bicentenario de la batalla de Ayacucho a lo grande. ¿Alguien imagina que el 9 de diciembre de 2024 el Gobierno va a estar en buen pie, peor aún, en Ayacucho? Los errores que el Gobierno cometa en 2024 van a tener que ser capitalizados por los grupos políticos que quieran tener opción en 2026 (o 2025, si es que la presidenta renuncia u 87 congresistas deciden vacarla).

El deterioro institucional ya está siendo advertido por las centrales de riesgo, con declaraciones tan duras como la de Jaime Reusche, vicepresidente y oficial de crédito senior: “Conociendo este ecosistema en el Perú, sabemos que las instituciones se están pudriendo desde adentro en esta economía ilegal, informal de los actores políticos y esto nos está restando el crecimiento y la fortaleza económica”. A mal entendedor, mejor abundar en palabras. ¿Es posible contradecirlo?

Presidentes por accidente, de Christopher Acosta, es de lectura rápida y ayuda a entender cuán del cielo les cayó a Castillo, Boluarte y Cerrón el ser Gobierno. El despelote del que hemos sido testigos desde el día 1 lo hace evidente, pero agrega detalles relevantes: . Ha aportado evidencia de haber financiado gastos de la campaña de la presidenta Boluarte que ella niega. Pasa a ser asesor de Castillo cuando este lo llama para que lo ayude a solucionar un problema: Bruno Pacheco (el informe de la UGEL es de locos).

Informa que ni Torres ni Chávez estuvieron el 6 de diciembre en la reunión con los ministros de confianza en que se tenía la convicción de que no se obtendrían 87 votos, y cómo reaccionó la Fiscalía y la Policía frente a la intentona golpista. Queda clarísimo la intención corruptora desde el inicio, cuando Alejandro Sánchez, Salatiel Marrufo y Nenil Medina, exalcalde de Anguía, citan, entre primera y segunda vuelta, a nadie menos que Harvey Colchado para pedirle que haga seguimiento a los miembros del JNE, a lo que Colchado se niega, obviamente. Lectura y relectura recomendada, para entender este escenario de irrealismo pedestre, ya quisiéramos que fuera realismo mágico.

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