[OPINIÓN] Abraham Levy: El Niño Global ¿Está o no en curso?

La respuesta es sí en Estados Unidos, no en Australia e incertidumbre global sobre lo que viene.

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El 16 de marzo de este año, el ENFEN declaró la Alerta de El Niño Costero ante la evidente expansión de aguas muy cálidas en el litoral y el consiguiente despliegue de lluvias y huaicos en la costa. A partir de entonces, y en la medida que se aceleraba el calentamiento del mar de Grau, las alertas de un contagio al resto del Pacífico Ecuatorial donde se desarrolla El Niño Global se generalizaban mientras —al mismo tiempo— los modelos climáticos internacionales anticipaban un gran evento El Niño Global que rivalizaría con los extraordinarios casos de 1982-83 y 1997-98.

El calentamiento en la costa ha seguido creciendo hasta este mismo mes y el calentamiento del Pacífico Central ha empezado a materializarse desde fines de mayo, pero se mantiene más o menos estable.

Con el umbral mínimo requerido para que se declare un Niño Global; la NOAA, el 8 de junio, apoyada en el fuerte calentamiento costero y señales de vientos y presiones propias del inicio de El Niño Global, observadas en mayo, decidió dar la Alerta Global de El Niño. La NOAA es la institución climática que más recursos le pone al estudio de El Niño y La Niña. Los siguientes en la línea de información sobre El Niño son los australianos a través del muy antiguo y prestigioso Buró de Meteorología de ese insular país. Tanto EE.UU. como Australia sufren las consecuencias de El Niño Global. No del Costero.

Sin embargo, el 6 de junio, el 20 de junio y el 4 de julio, los australianos –en sus respectivos informes quincenales— han mantenido que no hay en curso condiciones de vientos y presiones sobre el Pacífico que confirmen un evento El Niño Global en desarrollo, todavía. Más aún, la NOAA, en su reciente informe del día 13 de julio, indica que los elementos atmosféricos de junio son escasamente coherentes con El Niño Global; aunque ratifican su estatus, pero: postergan para la primavera su potenciamiento y solo asignan una baja probabilidad de 20% para que el evento sea tan fuerte como 1982-83 o 1997-98.

Esta interesante contradicción entre americanos y australianos le resta, pase lo que pase, refuerzos al Niño Costero en primavera y ratificaría que el pico del calentamiento costero estaría en curso como señalan los modelos climáticos y ENFEN.

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