"De más está agregar que bien haría (Boluarte) en tramitar ese cambio más rápido que inmediatamente". (Foto GEC)
"De más está agregar que bien haría (Boluarte) en tramitar ese cambio más rápido que inmediatamente". (Foto GEC)

Uno de los desatinos que más se le cuestionó al golpista Pedro Castillo fue su política de colocar a su gente en puestos estratégicos del Estado, aunque no estuvieran preparados para ello o contaran con un abultado file de denuncias, acusaciones o procesos penales.

Y como si no hubiera nada que aprender de esa nefasta experiencia, la administración de Dina Boluarte acaba de incurrir en el mismo abuso de poder, a través de una decisión tomada para llenar un vacío ministerial.

Nos referimos a la designación de Daniel Maurate en la cartera nada menos que de Justicia. Sea por presumible recomendación del premier Alberto Otárola –con quien el susodicho compartió gabinete en el gobierno de Ollanta Humala– o de Nicanor Boluarte, hermano de la actual mandataria. Del segundo se dice además que sería el encargado de dar el visto bueno de cada nombramiento para los altos cargos en el escalafón del Ejecutivo. En el Ministerio de Trabajo de Ollanta Humala, Maurate, por ejemplo, tuvo una estrecha relación laboral con Nicanor Boluarte, quien en ese período se desempeñó como su viceministro.

El tema es recurrente y, desde luego, no viene de ahora. Sacrificar la meritocracia para satisfacer o complacer al amigo, pariente o aliado político, omitiendo revisar siquiera –como en este caso– los antecedentes del elegido, es una práctica que Castillo elevó a la condición de la más obtusa de las malas artes en cuanto a políticas de Estado.

Pues bien, la revelación de Perú21 sobre las 26 comunicaciones que tuvo Maurate con el cabecilla de Los Cuellos Blancos, César Hinostroza, no es de poca monta. Ello, sin mencionar las otras perlas que ha logrado enhebrar en su accidentada trayectoria profesional.

El riesgo, al dirigir la cartera de Justicia, es obvio. Podría presentarse un serio conflicto de intereses dado que el sector aún tiene pendiente la ubicación, captura y extradición de su ‘hermanito’ de pichangas futboleras, el escurridizo Hinostroza.

Y adivinen quién tendría que impulsar la extradición…. Si no es el propio Ministerio de Justicia, difícil que vaya a ser la Federación Peruana de Fútbol…

La presidenta Boluarte, claramente, ha sido sorprendida con esta propuesta de sus dos hombres de confianza en Palacio de Gobierno. De más está agregar que bien haría en tramitar ese cambio más rápido que inmediatamente.